Terencio Sierra

Nació el 26 de diciembre de 1849 en Coray, Valle, falleció el 25 de octubre de 1907, a la edad de 57 años, en la comunidad de Diriamba, República de Nicaragua, donde reposan sus restos mortales.

“El 1 de febrero de 1899, día miércoles, a las dos de la tarde y en ceremonia solemnísima, tomó posesión de la presidencia de Honduras el general Terencio Sierra, quien recibió el poder de manos del doctor Policarpo Bonilla delante del presidente del Congreso Nacional, doctor Carlos Alberto Uclés.

Después de prestar la promesa de ley, el presidente Sierra y el vicepresidente, general José María Reina, hicieron lo propio los designados, doctor Carlos Alberto Uclés y Daniel Fortín P., los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, los contadores del Tribunal Superior de Cuentas y el Fiscal General de Hacienda.

El presidente saliente, doctor Policarpo Bonilla, ofreció al nuevo mandatario un ejemplar de la Constitución Política de 1894, pidiéndole lo entregara incólume a su sucesor el 1 de febrero de 1903. El nuevo presidente manifestó su firme determinación de cumplir con el patriótico encargo.

El general Terencio Sierra llegaba a la primera magistratura después de una serie de maniobras políticas de su predecesor, doctor Policarpo Bonilla.
El distanciamiento que se operó entre este, el general Manuel Bonilla, el general Manuel Bonilla y el doctor Juan Ángel Arias, obligó a don Policarpo a escoger al General Sierra como su sucesor, aunque conocía su carácter violento y su temperamento absolutista.

Después de haber llevado al general Sierra en la gira efectuada por el occidente del país y de haber logrado que se inclinara en favor de él una Junta de Notables que reunió en Palacio, la candidatura de Sierra fue lanzada como única a la consideración del pueblo hondureño, previa la neutralización de Bonilla y Arias. Sin embargo, en la misma Junta de Notables, el general Sierra tuvo tres votos en contra, los de los señores Samuel S. Valladares, y señores Miguel Ángel e Inés Navarro.

Las elecciones se practicaron en completa paz y Sierra logró 36.796 votos para presidente, mientras que el general José María Reina, obtuvo para vicepresidente 37.546 sufragios, en una base de 44.537 electores.

Cabe aclarar que el general Sierra y el general Reina fueron elegidos gobernador y Vicegobernador de Honduras, de acuerdo con la Constitución de la República Mayor de Centroamérica, pero al derrumbarse esta flamante República, los electos fueron considerados –pese a maniobras en contrario– como presidente y vicepresidente de la República, respectivamente.

Hubo muchos problemas para lograr que el general Sierra, quien se había encaprichado en Coray, viniera a recibir el mando; pero todo se arregló satisfactoriamente, y el bravo militar, bajo envidiables augurios empezó a presidir a Honduras.”

Terencio Sierra era el tatarabuelo de dos honorables damas, Lucrecia y Aminta Mejía Montoya, casadas con dos sobresalientes figuras de la política vernácula, pertenecientes al Partido Nacional de Honduras. (Este último párrafo del parentesco, es de nuestra autoría)

Fuente: Efemérides Nacionales – Cáceres Lara, Víctor/Recopilación: Elsa de Ramírez.

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