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Ricardo Maduro Joest

(Presidente Constitucional).
(Terminó su Período).
27 de enero 2002.
27 de enero 2006.

Ricardo Ernesto Maduro Joest. Nacido en Panamá el 20 de abril de 1946, es un político y empresario hondureño judío de padre panameño y madre hondureña. Siendo Presidente constitucional de la República entre 2002 al 2006.

Biografía

Familia y formación

Ricardo Maduro, nació el 20 de abril de 1946 en la provincia de Panamá, Panamá. Sus padres son, Osmond Levy Maduro, miembro de una destacada familia de empresarios panameños, y María Cristina Joest Midence de nacionalidad hondureña. Esta pareja se estableció definitivamente en Tegucigalpa, a finales de los años cuarenta donde Ricardo Maduro realizó sus estudios primarios.

Posteriormente, el joven Ricardo, fue enviado a Pensilvania, Estados Unidos, donde cursó sus estudios secundarios. Luego Ricardo, prolongó su estancia hasta obtener su licenciatura «Economía en la Universidad de Stanford, a la que añadió una cualificación de posgrado en Ingeniería Industrial. Tantos años de formación en Estados Unidos le permitieron aprender el inglés como si fuera otro idioma innato.»

A su regreso a Honduras el joven Ricardo Maduro, «emprendió una boyante carrera empresarial en el sector privado.» En esa época, Ricardo se desempeñó como «gerente general de la delegación en Honduras de la compañía de fotocopiado Xerox, director ejecutivo de Inversiones la Paz.» Finalmente, Maduro inicio sus «propios negocios, hasta conformar a comienzos de los años ochenta un emporio familiar que en el momento de su postulación presidencial incluía la importación de equipos de consumo, el comercio en los ramos de la alimentación y la automoción, y la acuicultura de camarones, sin descuidar las inversiones en proyectos turísticos e inmobiliarios.»

«En 1983 la Cámara de Comercio Hondureño-Americana (HAMCHAM) le distinguió como Empresario del Año.» Esto en reconocimiento por su trayectoria innovadora. Asimismo, «en 1997 los Gerentes y Empresarios Asociados de Honduras (GEMAH), una institución dedicada a la capacitación de recursos humanos de empresas, le otorgó el premio Boris Goldstein.» como el empresario más sobresaliente del año.

Inicios de su carrera política

Ricardo Maduro Joest, «comenzó su carrera política en la década de 1980, como miembro fundador del Movimiento» interno del Partido Nacional, «de Unidad y Cambio, que catapultó a Rafael Callejas a la presidencia en 1989.» El empresario dirigió las campañas presidenciales de Callejas de noviembre 1985 y noviembre de 1989; en la primera convocatoria resultó vencedor José Azcona Hoyo, pero en la segunda, Callejas se impuso a Carlos Roberto Flores Facussé,» tomando este, posesión de la presidencia el 27 de enero de 1990, tomó posesión de la Presidencia de la República.

El presidente Callejas Romero le retribuyó a su eficiente colaboración «nombrándole Presidente del Banco Central de Honduras, BCH, y coordinador del Gabinete Económico. Defensor del libre mercado y de las desregulaciones gratas al modelo neoliberal, Maduro fue el encargado de diseñar y luego supervisar las medidas cambiarias y fiscales.»2

En 1993, Maduro renuncio a sus aspiraciones de conquistar el mandato de diputado nacional a petición de Callejas. El presidente, deseaba mantenerlo al frente del Banco Central de Honduras, (BCH). Sin embargo, Callejas no se opuso a que Maduro se postulara a diputado por Honduras en el Parlamento Centroamericano, (Parlacen), donde logro un escaño.2 «Tras el cambio de gobierno en enero de 1994,».2 Maduro regresó a sus negocios empresariales, así como a ocupar el puesto de primer vocal dentro del comité central del Partido Nacional (PNH).

Candidato Presidencial

El 4 de agosto de 1999 Ricardo Maduro anunció su decisión de presentarse a las primarias del Partido Nacional. El 24 de mayo de 2000 bajo el Movimiento interno del PNH, «Arriba Honduras» Ricardo Maduro Joest, se registró para participar en las elecciones primarias del Partido Nacional a celebrase ese año. Sin embargo, el Tribunal Nacional de Elecciones (TNE), «controlado por el gobernante Partido Liberal, se negó a inscribir a Maduro para los comicios internos… con el argumento de que no es hondureño por nacimiento, sino panameño.»

«Maduro depuso temporalmente sus aspiraciones y designó en su lugar a su jefe de campaña, Luis Cosenza, quien se convirtió en el candidato presidencial al obtener el 83 por ciento de los más de 800.000 votos registrados en las primarias.»

En la convención ordinaria… Maduro asumió la presidencia del Comité Central del Partido Nacional, pues su movimiento ganó las internas, mientras que Cosenza puso su candidatura «a disposición» de su líder.

Maduro por su lado, reanudo la lucha para lograr su inscripción anunciando «que acudirá a organismos como la CIDH para denunciar la actitud del Partido Liberal.» Critica la cual considero junto a los nacionalistas una violación de sus derechos constitucionales. Maduro reconoció que, «físicamente, nació en Panamá, pero reclama la nacionalidad hondureña por nacimiento en virtud del derecho de sangre heredado de su abuela nacida en Honduras.»

«A instancias del presidente Flores, el 3 de noviembre de 2000 los principales líderes del PLH, el PNH -incluido Maduro-, el Partido Demócrata Cristiano de Honduras (PDCH) y el Partido Innovación y Unidad-Social Democracia (PINU) firmaron un «acuerdo patriótico» para el establecimiento de una comisión especial de juristas que dictaminara sobre la nacionalidad del precandidato liberal.

El 30 de noviembre dicha comisión resolvió, con los argumentos precisados arriba, que Maduro poseía efectivamente la nacionalidad hondureña por nacimiento y que por tanto cumplía con los requisitos constitucionales para ser presidente de la República.»

«El 12 de marzo de 2001 la mayoría liberal del Congreso aprobó una lectura constitucional que validaba la aspiración de Maduro y al día siguiente el TNE aceptó la renuncia de Cosenza e inscribió al primero como ganador de las primarias nacionalistas. De inmediato, la Convención Nacional del partido aclamó formalmente a Maduro como su candidato a la presidencia de la nación»

Campaña presidencial

Durante su campaña presidencial, Ricardo Maduro Joest, «destacó en su perfil de economista competente, bilingüe y con perspectiva internacional, capaz de vender Honduras hacia el exterior y de atraer inversiones…» Basado en esto, Maduro se propuso crear «un programa de Gobierno sustentado en pilares básicos para el desarrollo del país, como la re-negociación de la deuda externa, la creación de empleo y la reforma del sector educativo pero, fundamentalmente, centró su discurso en la promesa de luchar contra la pobreza y la delincuencia, auténticas lacras de la sociedad hondureña.»

Maduro experimentó en carne propia la ola de violencia que afecta a Honduras. «En 1997, su hijo Ricardo Ernesto Maduro fue secuestrado…su cadáver apareció dos días después con un disparo en la cabeza. A raíz de estos incidentes, el Congreso Nacional aprobó la modificación de la Constitución para introducir la cadena perpetua como pena máxima para los delitos de extrema gravedad.»

El 25 de noviembre de 2001 se llevaron a cabo las elecciones presidenciales. Al final, los hondureños hablaron en las urnas, donde las propuestas hechas por el candidato nacionalista, Ricardo Maduro resultaron ser las más atractivas para los votantes. De esta manera, Maduro se impuso a su principal rival, Rafael Pineda Ponce del gobernante Partido Liberal (PLH) con 52.21 por ciento de los votos (1, 137,734 votos); contra el 44.26 por ciento de Pineda Ponce (964,590 votos).

«El 27 de enero de 2002, Ricardo Maduro Joest tomó posesión como sexto presidente» constitucional de Honduras desde 1982. A la toma de posesión asistieron, los presidentes de Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Guatemala y Belice.

Presidencia

Una vez en la presidencia, «Maduro se puso a trabajar inmediatamente en la ejecución de su principal divisa electoral, y a los pocos días ya hubo resultados espectaculares, contradiciendo a los que habían sospechado demagogia en sus promesas de campaña.»

«El 8 de febrero la policía incautó un formidable arsenal, incluidos lanzacohetes, que escondía una banda de secuestradores y atracadores que operaba en coordinación con los cárteles de la droga de México y Colombia, y que tienen su base de operaciones en Lempira, cerca de la frontera salvadoreña. El capturado jefe de la organización, el salvadoreño José Benedicto Villanueva Ortiz, se le imputó un plan para asesinar a Maduro el 25 de enero, aprovechando su venida a San Pedro Sula para presenciar la toma de posesión del nuevo alcalde.»

Con relación al supuesto atentado a su vida, el presidente Ricardo Maduro declaró que la prueba presentada no es contundente, pero afirmó que «Ricardo Maduro está más comprometido que nunca en la guerra contra la delincuencia». «Las muestras de cariños recibidas del pueblo en estas dos primeras semanas y el hecho que se confirme que hay un grupo que está empeñado en paralizar esa lucha, me compromete más».

El mandatario apunta que desde el principio su seguridad personal está fortalecida, porque desde el momento en que se toca los grandes intereses de los deshonestos y delincuentes se expone a peligros. «No sólo yo me siento desprotegido, sino que también el pueblo, yo estoy dando con gusto y honor la cara por el pueblo y lo seguiré haciendo», agregó Maduro.

Este éxito inicial alentó al Ministerio de Seguridad Pública, encabezado por Óscar Álvarez Guerrero, para aplicarse en la persecución de las maras pandillas violentas típicas de países centroamericanos. El 7 de agosto de 2003 el Congreso de la Republica liderado por el Partido Nacional aprobó una reforma al Código Penal. A través de la nueva ley, que castiga hasta con 12 años de cárcel a los miembros de las maras, se supone la reducción de las acciones de los pandilleros “tendentes a agredir físicamente, dañar bienes, amenazar o extorsionar a personas, o cometer cualquier otro acto constitutivo de delito”. A los pandilleros que no sean jefes se les sancionará con una pena “rebajada en un tercio” con respecto al castigo que recibirán los que dirigen a las maras.

«Tomando como referencia los tatuajes empleados por los pandilleros para distinguir su condición, la Policía lanzó una vasta redada que sin embargo produjo dos efectos perniciosos. Por un lado, las detenciones masivas de mareros multiplicaron la población carcelaria y aumentaron el riesgo de estallido de sangrientos motines y enfrentamientos entre reclusos de bandas rivales, como el que en abril de 2003 devastó la Granja Penal El Porvenir, próxima a La Ceiba, donde 70 reos perecieron víctimas de los disparos o de las llamas en unas circunstancias que no quedaron del todo esclarecidas.»

«Por otro lado, las propias maras desafiaron al Gobierno de Maduro «con actos de salvajismo gratuito, como el asesinato indiscriminado de pasajeros de autobuses de transporte urbano, tomados al asalto por comandos de pistoleros que disparaban contra los ocupantes a quemarropa. La peor de estas atrocidades, que dejó 28 cadáveres…tuvo lugar en San Pedro Sula el 23 de diciembre de 2004.»

El presidente Maduro, condenó estas acciones como «hecho de barbarie y cobardía» que constituía un «ataque contra todos los hondureños», y para prometer el castigo de los responsables. La Policía acusó del crimen múltiple a la Mara Salvatrucha y, en efecto, las confesiones de personas detenidas y llevadas ante la justicia confirmaron ese punto ulteriormente.

La masacre de San Pedro Sula propició un acalorado debate político sobre la oportunidad y necesidad de endurecer aún más el Código Penal, para castigar a los jefes de las maras con penas de hasta 30 años de cárcel e incluso restablecer la pena de muerte –derogada en 1946- para los condenados por delitos de extrema gravedad.

Fuente: http://www.honduraseducacional.com

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