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Fundación de ciudades coloniales 1524 – 1578

Las primeras fundaciones realizadas en Honduras son:

Triunfo de la Cruz (1524) por Cristóbal de Olid; Puerto de Caballos (1525), hoy cerca de Puerto Cortés por Gil González Dávila; Truxillo (1525) por Francisco de las Casas.

De estas fundaciones sólo Truxillo conserva infraestructura colonial de tipo defensivo y del mismo tipo arquitectónico es la Fortaleza de San Fernando de Omoa, construida a fines del siglo XVIII (1775). Durante el siglo XIX en Santa Bárbara se edificó una fortaleza que tomó como modelo los sitios de defensa españoles de la costa del Atlántico.

Villa de Jerez de la frontera de la Choluteca y Mis Reales Tamarindos (1535) por Cristóbal de la Cueva;

San Pedro de Puerto Caballos de Usula (1536) por Pedro de Alvarado;

Gracias a Dios, hoy Gracias (1537) por Gonzalo de Alvarado;

Santa María de la Nueva Valladolid de Comayagua (1537) por Alonso de Cáceres;

Estas fundaciones responden a un estilo arquitectónico de tipo renacentista o trazado en forma de damero, que, según la legislación indiana, debía reunir algunas condiciones geográficas como topografía plana, montañas alrededor, ríos caudalosos y abundante población indígena.

Las fundaciones que responden a intereses económicos son conocidas como estilo de planta minera.Éstos asentamientos se van a realizar en lugares cuya topografía es irregular como Santa Lucía, El Corpus, Apoteca y Cedros.Los ejemplos típicos son:

Ciudad de la Villa del Real de Minas de San Miguel de Tegucigalpa de Heredia (1578) por Juan de la Cueva

Mineral de Yuscarán (1730-1740).

“Ordenanzas de descubrimientos, nueva población y pacificación de las Indias” (1573)

Las Ordenanzas de descubrimientos, nueva población y pacificación de las Indias se establecieron con el objetivo de ofrecer una solución oficial y definitiva a la penetración en Indias a través de una una ordenación metódica de la experiencia acumulada en prácticamente 75 años de penetración indiana y que hasta aquel entonces se sustentaban en la política de asentamiento basada en el regimen de Capitulaciones.

Estas ordenanzas se caracterizaron por suponer una solución que moderaba la penetración violenta en favor de la penetración pacífica y exclusivamente evangelizadora: Se introdujo por primera vez el término “pacificación” en contraposición al de “conquista”. Además se daba por terminada la penetración violenta para sustituirla por el asentamiento y la penetración pacífica:

En conclusión, por medio de estas ordenanzas, se establecía el final de la “etapa de Conquista” para regular la etapa de colonización indiana.

Están constituidas por 148 capítulos y atienden a tres asuntos:

1) Regulación de los descubrimientos (Capítulo 1 al 31)

2) Regulación de los asentamientos (Capítulo 32 al 137)

3) Regulación de las pacificaciones (Capítulo 138 al 148).

1) Regulación de los descubrimientos

Se institucionaliza el regimen de capitulaciones.

Se refuerza el sistema de primar la iniciativa privada en las expediciones por encima de la organización y mantenimiento de las mismas a costa de la Corona, aunque se mantiene el regimen de expediciones a costa de la Corona exclusivamente para para religiosos de las órdenes que deseen ir a descubrir tierra con objeto de predicar el evangelio.

Se normaliza de manera minuciosa el modo de hacer los descubrimientos, tanto por tierra como por mar.

Se suprime oficialmente el término “conquista” para desligar el asentamiento de un proceso de penetración violenta.

2) Regulación de los asentamientos

Es el nucleo principal y consiste en una reglamentación minuciosa que atiende a los distintos aspectos que presenta el establecimiento de poblaciones.

Dedica diez capítulos a una serie de normas generales -con carcater de recomendación más que de orden tajante- para la elección del lugar en el que establecer la población.

Dedica doce capítulos a normas que regulan la formación de los Concejos, sus oficiales, pobladores, etc. en función de la categoría que se reconozca al asentamiento (ciudad, villa….).

Otros capítulos se emplean en regular la institución indiana de los Adelantados, reforzando este cargo con la inclusión en el mismo de los cargos de Capitán general y Gobernador, e incentivando la buena labor de los msimos con la concesión de títulos nobiliarios y encomiendas de tributo.

Desde a la Reconquista sabían los españoles de la época de los Descubrimientos que para cumplir con el compromiso asumido por la Corona de predicar el evangelio a los indios era imprescindible conquistar la tierra, lo cual se lograría poblando.

Era claro el propósito de los asentamientos como estrategia de ocupación para configurar un sistema de dominación.

En tal sentido se establecieron diferentes normas para establecer asentamientos, pero sería con las ordenanzas filipinas de 1973 que se indican las normas para los pobladores y otras de caracter urbanístico: condiciones para ser vecinos, extensión de los terrenos para los pobladores, número mínimo de personas para fundar la población y la estructura urbana.

En relación a la estructura urbana, se establece la forma reticulada como patrón de la misma, en lugar de seguir el modelo medieval castellano, mezcla de trazado musulmán con el monasterio cristiano (“ciudad convento”) que, con la ventaja del espacio en tierras americanas, constituirá ciudades abiertas.

Es modelo de ciudad hispanoamericana, con su clásico diseño en CUADRÍCULA en torno a la Plaza Mayor.

Evolución de la normalización en el asentamiento poblacional

Inicialmente las ciudades americanas fueron surgiendo con distinto carácter, primero como Factorías Comerciales (al estilo portugués), luego como lugares de ocupación de un espacio conquistable, más tarde como centros desde los cuales se realizaba la expansión dominadora y finalmente como centros administrativos, pero sin que nadie las regulara.

De hecho en la práctica inicialmente ya se dieron algunas normas aisladas a fray Nicolás de Ovando, los Jerónimos y Pedrarias.

El primer funcionario castellano en aplicar normas para fundar ciudades en América fue fray Nicolás de Ovando, gobernador de Santo Domingo (Isla Española): … Fundó ciudades y villas conforme al modelo del municipio castellano, gobernadas por cabildos municipales, repartió tierras a los colonos, con la condición de que residieran en ellas y las hicieran producir, les adjudicó solares urbanos… Todo eso sucedió antes de 1504

En 1513 Pedrarias Dávila recibió instrucciones al respecto y en 1529, Carlos I dio ordenanzas relativas al mismo asunto.

Más tarde, en las Leyes Nuevas (1542), expidió su Instrucción y reglas para poblar. Código para todas las colonias.

Felipe II en 1573 expidió sus Ordenanzas de Poblaciones, cuyo título oficial es El orden que se ha de tener en descubrir y poblar. Se le considera como el primer código de urbanismo de la Edad Moderna. Una verdadera ley urbanística con minuciosas prescripciones que quedarán fijas en los dos siglos sucesivos. El texto de esta ley es en parte un compendio de las nociones teóricas en la cultura del tiempo y en parte el balance de una experiencia ya consolidada, por lo tanto describe un modelo útil en el plano operacional (dos ciudades argentinas ya realizadas -Mendoza en 1561 y San Juan de la Frontera en 1562- son virtualmente idénticas en las prescripciones de 1573)

El proceso de urbanización colonial prosiguió sin interrupción hasta 1630, cuando Hispanoamérica contaba ya con 330 ciudades y disminuyó posteriormente.

Hay que señalar que en general las normas de 1573 dejaron de cumplirse con exactitud en América, lo mismo que las expedidas en 1680.

Etapas evolutivas en el diseño de la ciudad colonial hispanoamericana

1) Las primeras poblaciones se establecen en las tres islas mayores del Caribe: Santo Domingo, Cuba y Puerto Rico. La mayor parte de las fundaciones cambian varias veces de lugar hasta asentarse definitivamente y su trazado tiene carácter semirregular alrededor de una Plaza Mayor.

2) Una segunda etapa está representada por las primeras ciudades fundadas en el continente, 1519, como Veracruz y la antigua Panamá; en ellas ya se adivina la tentativa de formalizar un modelo basado en un entramado regular de calles y manzanas alrededor de una Plaza Central.

3) En una tercera etapa, ya se pone en práctica la ciudad trazada a cordel y regla . Esta ciudad regular se trasluce en el trazado proyectado por Alonso Bravo en 1521 para México, sobre las ruinas de la ciudad lacustre de Tenochtitlan. El esquema es una malla rectangular uniforme con el gran vacío de la Plaza Mayor, una estructura urbana desconocida en Europa: la retícula ortogonal.

4) Finalmente, en 1535, con la fundación de Lima, se consolida el modelo más generalizado, el de la cuadrícula, en el que destaca el gran desarrollo de las parcelas destinadas a solares urbanos y asignados a cada poblador, lo que da lugar a ciudades de bajísima densidad y abiertas hacia un territorio sin límites.

5) Las ciudades portuarias en conexión con las flotas y galeones del tráfico comercial, dado su carácter estratégico, son dotadas ya a partir de mediados del siglo XVI de defensas; de ahí que muchas de ellas se vean rodeadas de perímetros amurallados, fortalezas, castillos, etc.: la Habana, Veracruz, Cartagena de Indias, Portobelo, Panamá, Lima, etc. Estos aditamentos delimitan los bordes de las ciudades, constituyendo una excepción al modelo clásico, abierto al paisaje que lo rodea. No obstante, en general no interfiere en la estructura regular de la traza.

Los pueblos de indios y misiones. Fueron realizados siguiendo el modelo regular, aunque destaca más que en los otros el lugar ocupado por los espacios religiosos.

6) En el siglo XVI el impulso poblacional es muy intenso, decae en el XVII y toma nuevas fuerzas en la segunda mitad del siglo XVIII . Como característica fundamental de este siglo, cabe señalar la reducción del tamaño de las manzanas y su división en mayor número de parcelas; se mantiene la cuadrícula. Destaca en este siglo la incorporación de infraestructuras de saneamiento o alcantarillado y mejora de las de abastecimiento de agua. También la dotación de espacios verdes, paseos, alamedas, etc., influencia de la Ilustración.

No todas las ciudades responden al modelo regular de trazado. Las excepciones las constituyen los núcleos de rápido crecimiento como Guanajuato y otras que deben adaptarse a topografías particulares, como la Guaira, o bien las fundaciones tempranas.

Las Ordenanzas filipinas de 1973

Las Ordenanzas, además de establecer unas normas que mantuvieran la uniformidad de criterio, se dieron, además, para formalizar la nueva política de la Corona: acabar con los descubrimientos y poblar en lo que ya estaba bajo control español.

Establecieron una serie de normas de sentido común preferentemente en relación a la elección del sitio y el trazado de la ciudad :

Estas normas dieron lugar lo que se conoce como modelo clásico de la Ciudad Hispanoamericana

1) Elección del sitio y capacidad humana del asentamiento

– Se prescribía la búsqueda de un lugar saludable, provistode buenas aguas, abundante en animales y frutos comestibles, enclavado a una cierta altura, moderada, y que disfrutara de clima benigno.

Estos requistos se establecían a través de una inspección atenta del terreno, combinada de ser posible, con el aprovechamiento de la experiencia atesorada por los naturales, que más de una vez determinaban el poblar sobre asentamientos indígenas o al menos a guiarse por sus criterios de localización, aunque con todo, existía una gran diferencia en las características de ocupación de los españoles y los indígenas, ya que los aborígenes tenían una relación más perfecta desde el punto de vista de la integración ecológica que los españoles, que siempre trataron de adptar el medio a sus necesidades. Esto determinó la existencia de poblaciones indígenas en lugares inhóspitos e inhabitables a criterio español.

– Se debía establecer las poblaciones a no más de cinco leguas de otras existentes.

– Se reglamentó que tuvieran un minimo de 30 vecinos, es decir entre 120 y 240 habitantes (de acuerdo al módulo que se aplique de cuatro o de ocho habitantes por vecino). Se tenía por tanto muy en cuenta la realidad de que muchas de las ciudades españolas eran poblaciones que dificilmente tenían unos 200 habitantes.

2) Trazado de la ciudad

– Mientras que entre 1513 a 1523 se recomendaba que las poblaciones fueran ordenadas, en las Ordenanzas de Felipe II de 1573 se establecía el plano en DAMERO o diseño en CUADRÍCULA: calles rectilineas que se cruzaban en ángulo recto. Esto da lugar a cudriláteros edificables..

La RETÍCULA, fue utilizada en España para las nuevas poblaciones fundadas de los siglos XII a XIV, y tenía claras ventajas:

1) Permitía una distribución equitativa de los lotes

2) Aseguraba la expansión racional de la urbe

3) Favorecía la ventilación de la ciudad : La concepción sanitarista de la época identificaba el origen de muchas enfermedades con los malos aires, (de los que deriva el nombre malaria). Por esta razón el diseño de las ciudades se debía hacer de modo favoreciera su ventilación, de forma que al circular el aire, el contaminado fuera reemplazado por aire limpio. Con el diseño en cuadrícula, con calles rectas y anchas (o por lo menos, más anchas que las de ciudades europeas) se lograba este objetivo.

– La ciudades debían trazarse A REGLA Y CORDEL Es decir se establecía un trazado geométrico, a cordel, en el que se empleaba como unidad de medida un cordel de longitud equivalente a una vara de Castilla, es decir de 0,8359 m . Este cordel lo custodiaba el fundador hasta el momento de ser empleado porque le había sido expresamente entregado por su superior precisamente para ese menester.

– En el centro de la reticula se ubicaba la Plaza Mayor , un cuadro vacío del damero. Por lo regular era cuadrangular (la rectangular fue menos frecuente) y abierta (en contraposición con la castellana, que era cerrada). Allí se construían los edificios que simbolizaban el poder: Cabildo o Ayuntamiento, Gobierno (Casa del Gobernador o Virrey), Palacio de Justicia (Alcaldía, Audiencia) e Iglesia (parroquial, obispal, arzobispal). Solía estar provista de soportales

-A partir de la Plaza Mayor se trazaban calles paralelas y perpendiculares, parcelando el terreno en manzanas o cuadras. Estas se otorgaban a los vecinos por méritos, divididas en caballerías o peonías.

– Una peonía era un solar de cincuenta pies en ancho y ciento en largo, cien hanegas de tierra de labor de trigo o cebada, diez de maíz, dos huebras de tierra para huerta, y ocho para plantas de otros árboles de tierra desecada a la tierra de pasto para diez puercas de vientre, veinte vacas y cinco yeguas, cien ovejas o veinte cabras.

– Una caballería era un solar para casa de cien pies de ancho y doscientos de largo y todo lo demás como cinco peonías.

– Con respecto a la adaptación al clima se establece que:

1) De la Plaza Mayor salgan cuatro calles principales, una por medio de cada costado; las cuatro esquinas miran a los cuatro vientos principales, para que las calles no estén expuestas a los cuatro vientos.

2) También se indica el ancho de las calles en función del asoleamiento que en cada situación se necesita: En los lugares fríos sean las calles anchas y en las calientes angostas. En esto se siguen los antecedentes de la arquitectura islámica y su adaptación bioclimática. En efecto, las calles estrechas de las ciudades árabes son una defensa contra el sol intenso de esas regiones.

Aunque no se recomendaba establecer ciudades costeras, en ocasiones esto fue imprescindible en el caso de tratarse de puntos estratégicos de tráfico maritimo o la defensa. En ese caso eran debidamente fortificadas. De hecho, aspecto característico de las ciudades era que no se fortificaban a excepción de las costeras, y se abrían limpiamente a los campos circundantes. Su protección radicaba en los edificios nobles de la Plaza de Armas.

Disposiciones de Felipe II en las Ordenanzas de 1573

Elijan el sitio de los que estuvieren vacantes y por disposición nuestra se pueda ocupar, sin perjuicio de los indios y naturales o con su libre consentimiento; y cuando hagan la planta del lugar, repártanlo por sus plazas, calles y solares a cordel y regla, comenzando desde la plaza mayor y sacando desde ellas las calles a las puertas y caminos principales y dejando tanto compás abierto, que aunque la población vaya en gran crecimiento, se pueda siempre proseguir y dilatar en la misma forma. La plaza mayor tiene que estar en el centro de la ciudad: su forma en cuadro prolongada, que por lo menos tenga de largo una vez y media de ancho, porque será a propósito para las fiestas de a caballo y para otras celebraciones… Su grandeza será proporcional al número de vecinos y tomando en cuenta que las poblaciones pueden ir en aumento. No tiene que ser menos ancha que doscientos pies y 300 de largo, ni mayor de 800 pies de largo y 532 de ancho… Que de la plaza salgan cuatro calles principales, una de cada costado y dos por cada esquina. Que las cuatro esquinas miren a los cuatro puntos cardinales, porque saliendo así las calles de la plaza no estarán expuestas a los cuatro vientos. La plaza y las cuatro calles principales que de ella han de salir serán provistas de portales para comodidad de los tratantes que suelen concurrir; y que las ocho calles que saldrán de las cuatro esquinas sean libres, sin encontrarse con los portales de forma que hagan la acera derecha con la plaza y la iglesia.

Que en los lugares fríos las calles sean anchas, en los calientes angostas; y donde hubiere caballos convendría que para defenderse en las ocasiones, sean anchas…

En las ciudades del interior la iglesia no debe estar en el perímetro de la plaza, sino a una distancia tal que se presente libre, separada de los otros edificios de manera que pueda ser vista de todas partes. De esta forma resultará más bella e imponente. Tendrá que ser bastante levantada del suelo, de manera que se tenga que subir una serie de escalones para alcanzar su ingreso… El hospital de los pobres donde se encuentran los enfermos no contagiosos será construido en el lado norte, de manera que resulte expuesto al sur…

Los solares fabricables alrededor de la plaza principal no tienen que ser concedidos a privados, sino reservados, a la iglesia, las casas reales, los edificios municipales, las bodegas y las habitaciones de los comerciantes, que deben de ser construidas antes que las demás…

Los solares restantes fabricables serán distribuidos al azar entre aquellos que son habilitados para construir alrededor de la plaza principal… Los solares no asignados deben ser conservados para los colonos que podrán venir posteriormente, o bien para disponer a nuestro antojo… Los solares y los edificios construidos arriba deben ser dispuestos de manera que los alojamientos puedan gozar de los vientos del Norte y del Mediodía. Las casas (de los españoles) deben ser proyectadas de manera que sirvan de defensa y fuerza contra aquellos que quisieran estorbar u ocupar la ciudad…

Todos los edificios, en la medida que sea posible, tienen que ser uniformes, con miras a embellecer la ciudad… A cada ciudad se le debe asignar un terreno común, de una amplitud adecuada, porque, si inclusive creciera mucho, que haya siempre suficiente espacio para la recreación de los habitantes y el pasto de los animales, sin interferir con la propiedad privada.

3) Regulación de las pacificaciones

Se establecen normativos con objeto de concluir la guerra indiana, a través de una serie de actuaciones soportadas en la acción misionera con intención de conseguir que las penetraciones y el contacto con los indiaos se desarrolle pacificamente

Fuente: http://www.historiadehonduras.hn

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