Honduras en sus manos
Como les ofrecí hace algunos días, hoy les traigo la conclusión de este artículo sobre le filibustero William Walker que tomo del libro de Calvo-Roche, “Historia de los filibusteros”:
“A los 37 años la vida es muy agradable, muchas cosas parecen todavía posibles, y Walker, caso de poder salvar la suya, divisaba en lontananza mayores conquistas, un poder más grande, una confederación del Sur dominando el canal de Nicaragua, una red de activos ferrocarriles, grandes flotas de buques mercantes y se veía él mismo convertido en Emperador de Centroamérica.
El joven inglés engalonado de oro no tenía más que levantar la mano para que Walker volviera a ser un hombre libre; pero el de los galones no quería prestar este servicio, sino a condición de que Walker lo solicitase en calidad de ciudadano americano; no le bastaba que fuese una criatura humana. Walker no podía aceptar esta condición.
“El presidente de Nicaragua-dijo-, es un ciudadano nicaragüense”.
Al amanecer lo llevaron a la playa, y a la vez que el sacerdote le presentaba un crucifijo, habló a sus verdugos en español, con sencillez y gravedad: «muero en la religión católica. Al haceros la guerra a instancias de los vecinos de Roatán, procedí mal. Os pido perdón. Acepto resignado mi castigo. Espero que mi muerte redunde en bien de la sociedad”. Desde una distancia de 20 pies tres soldados le dispararon, y aunque todos los tiros hicieron blanco, Walker no murió. Entonces se adelantó un sargento y con una pistola mató al hombre que habría podido hacerlo súbdito de un imperio de esclavos.
Si Walker hubiera vivido cuatro años más para mostrar en el vasto campo de la guerra civil su habilidad de general, creo que hoy figuraría entre los más grandes guerreros de los Estados Unidos.
Y no hay razón para que ahora desconozcamos el genio de este americano, el más grande de todos los filibusteros, por cuanto sus compatriotas de entonces lo echaron por tierra”.
Hasta aquí las palabras del Sr. Richard Harding Davis, muy probablemente seguidor de las ideas de Walker, pero que sirven en este momento para darnos una imagen menos conocida de los últimos momentos de esta figura de la historia de Centroamérica.
Y ahora, usted también lo sabe.
filibustero.
(Del fr. flibustier).
1. m. Pirata, que por el siglo XVII formó parte de los grupos que infestaron el mar de las Antillas.