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LOS UNIFORMES MILITARES

Es posible que no muchos concuerden conmigo, pero tengo la clara impresión de que nuestra sociedad se está militarizando. A pesar de lo que ha significado para nuestro país la desaparición de los odiados reclutamientos forzosos de antaño, nuestros niños y jóvenes están buscando en la carrera militar lo que deberían encontrar en la vida civil: educación y trabajo. Pero recién acaban de pasar los desfiles con que se conmemora la gesta pacífica de nuestra independencia, y don Jorge Fidel Durón nos acompaña con este recuerdo que tomamos de sus “Cosas de tiempos pasados”:
El más vistoso espectáculo para la chiquillada era el de los cadetes de la Escuela Militar de coronel chileno Luis Oyarzúm. Era un regalo para la vista y un reclamo a la imaginación ver desfilar entre otros, a Don Santiago Meza Cáliz, a Don Vicente Tosta, a Don Abel Villacorta, a Don Mariano Bertrand Anduray, a Don Héctor Medina Planas, a Don Inocente Triminio, a Don Héctor Galindo y a otros caballeros que con los años, tendrían relevante figuración en la vida pública.

Los uniformes variaban, pero cada uno de ellos procuraba brillar en las más elegantes de las cabalgaduras.
En Chile el entrenamiento militar había estado en manos de oficiales alemanes, así que el Coronel Oyarzun introdujo el férreo casco prusiano, con morrión de plimsa blancas, con todos los más vistosos entorchados y daba gusto ver a estos apuestos muchachos hacer derretir el corazón de las adolescentes, que los espiaban escondidas tras de los visillos y a quienes ellos saludaban con elegante inclinación de cabeza.

Depués de la guerra tomó las riendas de la Escuela Militar una Misión Francesa, al mando del Coronel Alfredo Labró. Cambió el uniforme, desde luego, y contemplamos el que había tenido gran lucimiento en los campos de la Hecatombe del año 14. Y vino en seguida el delirio de las bicicletas. No sé si fue a un tiempo con las motocicletas, difícil proeza en que veíamos a Alfredo Midence, a Toyano Hernández y a «Bucho» Guerrero. El hecho es que se era un Don Nadie si no se tenía una reluciente bicicleta nueva.
La guerra a la que hacía referencia don Jorge Fidel, era la Primera Guerra Mundial. Y ahora, usted también lo sabe.

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