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El 17 de octubre de 1842 el Presidente de Honduras, General Francisco Ferrera, emitió en Comayagua importante Decreto por medio del cual exponía la reacción del pueblo hondureño ante la ocupación del antiguo territorio centroamericano de Soconusco por parte de tropas mexicanas.
El Decreto en referencia decía textualmente:
«El Presidente en quien reside el Poder Ejecutivo del Estado de Honduras, impuesto de la ocupación ilegal del territorio neutral de Soconusco, verificada por tropas de la República Mexicana: teniendo presente que la disputa sobre dicho territorio debe entablarse por los medios establecidos para toda controversia internacional y no por medio de la fuerza que obstruye la expresión espontánea de los pueblos neutrales y ataca los derechos de Centro América sobre aquel territorio: correspondiendo a todos los estados de la unión la defensa de la integridad de los derechos territoriales en general, y no habiendo por ahora una autoridad que los represente del mismo modo,
es preciso que el Gobierno del Estado de Guatemala, fronterizo con la República Mexicana, esté competentemente autorizado al efecto; y usando de las facultades omnímodas con que se halla investido por acuerdo de la Cámara Legislativa de 19 del último febrero.
Decretar:
Artículo 1. Se autoriza al Supremo Gobierno de Guatemala a efecto de que haga las reclamaciones y protestas que juzgue convenientes al de la República Mexicana sobre la ocupación del territorio neutral de Soconusco, verifidula por tropas de la misma.
Artículo 2. Se le autoriza asimismo para que dé todos aquellos pasos que tiendan a mantener la integridad del territorio de Guatemala, uno de los de la Unión Centroamericana, cuyos derechos están solemnemente obligados.
Artículo 3. Comuníquese al Supremo Gobierno de Guatemala para los usos convenientes.
Lo tendrá entendido el Jefe de Sección encargado del Ministerio de Relaciones y dispondrá se imprima, publique y circule. Dado en La Casa de Gobierno en la ciudad de Comayagua, a 17 de octubre de 1842. Francisco Ferrera».
Llama la atención que el General Ferrera, furibundo enemigo de la unión istmeña, la invoque a cada rato en el Decreto transcrito, cuando ya la Unión no existía y Guatemala no era ni siquiera signataria de la Convención de Chinandega. Pero es plausible el interés del «Mulato de Hierro» en defender parte del patrimonio de nuestros mayores, la cual inamisiblemente cayó en manos de México en lo relativo a Chiapas y Soconusco.
Fuente: Efemérides Nacionales (Víctor Cáceres Lara)