La ciudad de Gracias está ubicada al norte del departamento de Lempira y colinda con el municipio de Lepaera, Las Flores, La Campa, La Iguala, San Manuel y las Flores. Está ubicada en una planicie entre las montañas de Celáque y Puca, regada por los ríos Alcagual y Tejar Totolgual. El clima general es cálido, el suelo es rocoso y árido. Presenta ciertas planicies y llanura de las mesas, interrumpida por varias irregularidades del terreno.
34 años después el navegante Cristóbal Colón llega en su último viaje a la isla de Los Pinos, Juan Chávez y Gonzalo de Alvarado con órdenes de Pedro de Alvarado viajaron al occidente de Honduras con el propósito de fundar una ciudad incursionando por el Departamento de Ocotepeque, luego siguiendo el curso del río el higuito.
En camino a este lugar se enfrentaron a un grupo de nativos quienes obligaron a detener el viaje y refugiarse. Quisieron volver a Guatemala, pero llovía copiosamente, lo que obligó a la expedición a acampar en un lugar llamado Opoa en el año de 1,536. Aquí se funda por primera vez la ciudad de Gracias con el nombre de Gracias a Dios.
En los meses de Marzo y Abril de 1,537 el capitán Alonso de Cáceres ordenó trasladar la cuidad a un lugar conocido como Mangual a las orillas del rio de este mismo nombre exactamente Chulular hoy conocido como las Flores. Aquí se funda por segunda vez la ciudad de Gracias.
Un nativo en vista de la invasión de su territorio conocido con el nombre de Lempira reunió un numeroso ejército de guerreros de las cercanías, y se fortifico en un lugar conocido como Congolón, elevación pertenece a la montaña de Celáque. Varios meses duro la resistencia de este valeroso cacique, pero los españoles planearon la captura y muerte del invencible señor de las montañas, dando así paso a la conquista de este lugar occidental.
El 14 de enero de 1,539 Juan de Montejo traslado la ciudad por tercera vez al lugar que ocupa situándola entre los ríos Alcagual Totolgual.
La ciudad de Gracias no hizo esperar su crecimiento debido a la riqueza de este valle en oro, plata y piedras preciosas y además colorantes como el añil y la cochinilla.
El desarrollo fue sorprendente. El 16 de Mayo de 1,544 se estableció la Audiencia de los confines, presidio este alto tribunal el Lic. Alonzo Maldonado y como oidores los licenciados Diego de Carrera, Pedro Ramírez de Quiñones y Juan Rogel. En los altos de instalación estuvieron los señores Francisco de Marroquín que era obispo de Guatemala y el capitán Francisco de Montejo. La audiencia de los confines fue instalada en el local que se conoce como la casa de los leones contiguo a la iglesia San Marcos.
El fray Bartolomé de las Casas realizó un viaje a pie desde Chiapas a esta ciudad con el propósito de reclamar a este tribunal las injusticias que se cometían con los nativos.
Variaciones de La Ciudad 1628-1758
La sociedad de Gracias venia desarrollándose en un medio en que puede decirse que la religión formaba el principal cuidado. De este medio surgió la ilustre religiosa Ana Guevara que era descendiente de una respetable familia de aquellas ciudades y cuya vida, escrita por Antonio de Siria, fue impresa en Guatemala en 1716 por Antonio de Velasco. El historiador García Paláez dice acerca de ella: “Fue esta señora natural de San Vicente, de la provincia de San Salvador, Hija de don Juan Guevara Jovel, de las Islas Canarias, y de doña Beatriz López Pineda, de la ciudad de Gracias. El autor anuncia en el prologo la historia de una mujer que lo fue solo en el sexo pero muy varonil en el ánimo y más de humana de espíritu”.
A los aborígenes se les había liberado de pagar alcabalas por su tráfico y sólo cubrían al fisco el tributo anual que era bastante módico; pero así y toda esta contribución era un importante auxiliar del Tesoro Público, pues solo un año, fue de 5,837 pesos.
En Cambio la utilidad que los diezmos daban a la iglesia de Honduras nunca fue de consideración. En 1752 lo que recaudaron en la jurisdicción de Comayagua y en los partidos de Gracias, San Pedro Sula, Olancho y Tegucigalpa, fue apenas la de 1.775 pesos después fue el aumento el producto dio seis mil pesos en 1753, siete mil próximamente en 1754, habiendo habido baja en el año siguiente, y 6.234pesos en 1756
Una producción halagadora fue la del añil, pero nunca rindió tanto como el tabaco que se sembraba en Gracias.
- Juan de Chavez (no tomo Posecion) 1536
- Gonzalo de Alvarado 1537- 1538
- Jhosep de Pineda 1690
- Pedro Iglesias Guzmán. Año 1936, 1949, 1945, 1948. Del 15 de enero al 28 de mayo de 1985.
- Miguel Ángel Estrada. Año 1937-1950
- Arnulfo Murcia M. año 1938-1939
- Fernando Bautista. Año 1. 1943 2. 1957-1958
- Tito Hernández M. Año 1. 1941 2. 1968-1970
- Jose Iglesias Guzmán. Año 1976-1978
- Francisco Navarro. Año 1. 1965-1966 2. 1975-1976
- Ramón Gómez Espinoza. Año 1984-1985
- Amalia Pineda Madrid. Año 1971-1974
- Adrian Castro. Año 1982-1984
- Sara Serrano de Pineda. Año 1964-1965
- Rubén Ángel Rosa Bautista. Año 1. 1985-1986 2. 1990-1994
- Arnulfo Murcia Salguero. Año 1. 1963-1965 2. 1974-1975
- Jose Oliva. Año 1978-1980
- Miguel Ángel Ruíz. Año 1. 1966-1968 2. 1980-1989
- Antonio Herrera Cruz. Año del 19 de abril al 30 de septiembre de 1965.
- Alberto Galeano Madrid
- Fausto Zacapa
- Jesus Caceres Trejo
- Fernando Bautista
- Emilio Hercules Navarro
- Lucio Reyes
- Martiniano Diaz
- Mario Calix Orellana
- Javier Mondragon
- Denis Ramirez
- Jesús Eliseo Villanueva. Año 2006-2010
- Javier Antonio Enamorado Ano, 2010-2014, 2014-2018
El Bulero
En el siglo XVIII, sin poder precisarse la fecha llegó a Gracias un vendedor de bulas papales para que pudiera comerse carne en los días en que la iglesia los prohíbe. El bulero que trataba de aumentar sus haberes, tomo parte en una partida de juego, de naipe, probablemente, en que una de las jugadoras era nada menos que la esposa del Alcalde de la ciudad. Dícese que la alcaldesa le hizo al bulero una trampa o jarana, como entonces se decía, y el bulero sin reparar en nada le dio un bofetón. Los jugadores se pusieron de pie para castigar al atrevido, quien entonces huyó; pero viendo que eran muchos ya sus perseguidores, creyó librarse entrando al templo de la Merced, a cien metros de la Plaza mayor. Como allí lo acosaron aún fue a colocarse detrás del camarín de la virgen. Los frailes del convento habían corrido a la puerta del templo a detener a la turba, ofreciéndole que ellos le entregarían el perseguido sin necesidad de que profanarán el sagrado lugar, pero fue en vano, la turba penetro y acometió con piedras palos lo que encontraban al paso, Una de las piedras alzadas a éste dio a la frente a la Virgen de Mercedes, haciéndole una hendidura en su rostro, por fin lograron apoderarse del bulero, lo sacaron arrastrado, lo decapitaron y “frieron en aceite su cabeza”.
Los frailes mercedarios, ante tamaño sacrilegio, vistieron el templo de calzadura negra fueron por la calle y las plazas lanzando al pueblo una maldición y regando sal en su tránsito declaran maldita hasta la quinta generación de la actual e hicieron tocar agonías a las campanas de todas las iglesias.
Luego abandonaron la ciudad sacudiendo sus sandalias en señal de que nada de impureza deseaba llevar consigo, partieron sin rumbo fijo.
A esto siguió una terrible peste que hacía morir a centenares a los habitantes de gracias, por lo que muchos se apresuraban a emigrar para salvarse.
Una misión de sacerdotes que venía para la ciudad, al llegar a Comayagua, supo el sacrilegio cometido en la iglesia de la merced y se detuvo allí. El ayuntamiento envió una comisión a suplicarles que entraran en la ciudad los sacerdotes consintieron en ello, a condición que los cadáveres enterrados después del grave acontecimientos fueran exhumados y quemados en hogueras, la cremación se hizo en el altiplanicie de Las Mesas.
Los enamoramientos del Duende
Dicen que era un ángel travieso que tocaba muy dulcemente la guitarra y hacía unos poemas muy románticos, pero un día fue expulsado del cielo porque le gustaban mucho las mujeres.
Hoy en día cuando alguna mujer lo ve, le debe decir: “Recuerda la música del Cielo”, esto hace que el duende salga huyendo llorando pues efectivamente recuerda la música del Cielo.
La Siguanaba
¡No crean que los hombres se escapan de enamoramientos indiscretos! La Siguanaba es una aparente muchacha muy linda, que los hombres encuentran cerca de un riachuelo a la media noche.
Ella enamora a los hombres y cuando estos le hacen insinuaciones, se transforma en un ser muy horrible.
El único requisito de los hombres para que se le aparezca es que sean infieles a sus esposas o bien sean los llamados “Don Juanes”, pues los solteros coquetos tampoco se pueden escapar de ver a la Siguanaba.
Las Rondas del Gritón
Unos cuantos años atrás, había un hombre que a media noche le gustaba gritar en los puntos más altos de los pueblos: montañas, bordes, cerros.
Daba cuatro gritos, dirigidos uno por uno a cada punto cardinal: una montaña en el Norte, un cerro en el Sur, el borde en el Este y en el cementerio daba el último grito en el Oeste.
Nadie sabe exactamente de donde vino ni que le ocurrió, pero se cree que era el mismo Satanás y la mula (animal que es resultado de combinar un caballo con una burra) que usaba para trasladarse de un lugar a otro, es una mujer convertida en mula, pues ella fue infiel a su esposo.
La Colosuca
Cuentan que era una mujer viuda con cuatro hijos y como había quedado desamparada le pidió ayuda a Dios y El la escuchó.
Pero ella dudaba de lo que Dios ordenaba que ella hiciera para obtener su alimento, por lo que castigo a ello, Dios la convirtió en la ave llamada Colosuca; hecho por el cual se le ha dado el nombre a la región comprendida por los municipios de Gracias, La Campa, San Manuel Colohete, Belén, San Sebastián y San Marcos de Caiquin.
El Sr. Mito Galeano, descendiente de la familia Galeano Trejo le puede contar mejor esta historia.
Leyendas de la ciudad de Gracias Lempira
El Bulero
El fraile que vendía bulas llego a Gracias, y le toco
Sentarse al lado de la alcaldesa en una mesa
De juegos. La española, quien por lo visto no era
Muy zurda hizo una jarana al fraile y este se
Disgusto tanto que le asesto una bofetada. Para
Vengar el agravio, el pueblo se echo a perseguir
Al fraile, quien en su desesperada fuga entro en la
Iglesia de La Merced, de aquella entonces
Floreciente ciudad, hasta chusma lo siguió dentro de la
Iglesia, el se subió al altar y se escondió detrás del
Camarín de la Virgen de La Merced.
Alguien tiro una piedra que hizo blanco en el
Rostro de la imagen, haciéndole una hendidura,
La imagen se mando a retocar en Guatemala varias
Veces y cuando la colocaban de nuevo en el nicho,
La herida reaparecía hasta que paso por allí el
Misionero Subirán quien levanto la maldición.
Como los frailes del convento de la Merced
No pudieron detener la enfurecida muchedumbre
Que cometió aquel sacrilegio, hicieron todas esas
Ceremonias terroríficas, y que siguen a esta clase de
Caso, se sacudieron las sandalias y se fueron para
Guatemala, asegurando que la grandeza de Gracias
A Dios había terminado. Cosa que Principio a verse
Poco tiempo después, sin que los siglos hayan sido
capaces de devolverle su antiguo esplendor.
La Sucia
¨Ay Señor ¡prorrumpió, hace algún tiempo XX, casado y
Con numerosa familia, pretendía a una
Señorita, con malas intenciones, pues él era casado
Por la iglesia. Un día convenció de que saliera a
Conversar con él, ella tomo el camino al rio; caminaron
Sin detenerse hasta llegar a Arcilaca, un lugar algo
Retirado, cuando el noto el camino hacia Mejocote,
Ya como a una lagua del pueblo, la llamo por su nombre;
Entonces ella dio media vuelta, extrañándole a el que
Aquella mujer tenía una cara como de una vara de larga,
Quien al verlo soltó una estrepitosa carcajada, mostrándole
Unos dientes tan largos como los dedos de una mano
Puestos de puntas, y sacándole de la camisa una
Enorme mama, le grito: toma tu teta, y fue hasta
Entonces que el señor XX pudo dar media vuelto,
Pues el cuerpo se le había quedado dormido del susto.
Corrió hasta su casa tan velozmente que parecía no
Tocar el suelo. No tuvo tiempo de buscar la puerta
Que le dejaban destrancada, tirándose por la de la calle
Con tanta fuerza q la tranca que la aseguraba salto
Como catapulta haciéndole un hoyo en la pared
Opuesta, y de un salto se metió al rincón de la cama
De su esposa, la que extrañando aquello, le dijo:
¿Qué diablos has visto? Yo no tengo miedo al diablo
Dijo el hombre, todavía temblando. Cuentan
Que desde esa fecha fue un buen marido y amoroso padre.
- Al buen entendedor, pocas palabras.
- A Dios rogando, y con el mazo dando.
- A lo hecho, pecho.
- A mal tiempo, buena cara
- A otro perro con ese hueso.
- A palabras necias, oídos sordos.
- A quien madruga, Dios le ayud
- Al que al cielo escupe, en la cara le cae.
- Cada oveja con su pareja.
- Cada uno habla de la feria como le va en ella.
- Con la vara q midas, serás medido.
- Cría cuervos y te sacaran los ojos.
Profesor, estoy dispuesta a hacer
Cualquier cosa para pasar la materia
-dijo espectacular estudiante de la Escuela Normal,
Cuya blusa estaba a punto de estallar
-¿Cualquier cosa?-Pregunto el profesor.
-Cualquier cosa –repitió la joven en son de promesas
-Entonces, estudie. Estudie querida, estudie.
-Prometo que, si votan por mí, les construiré
Escuelas, hospitales, carreteras y hasta un
Puente -afirmo el candidato durante su discurso
De campaña en Gracias Lempira.
-¿Para que queremos un puente
-protesto un ciudadano –si ni siquiera tenemos río?
-No se preocupen. También les construiré uno.