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Samuel Zemurray

Samuel Zemurray (18 de enero de 1877 – 30 de noviembre de 1961) fue un magnate estadounidense. Hizo su fortuna en el comercio bananero y fundó la Cuyamel Fruit Company, entidad que desempeñó un crucial papel en la historia de Honduras. Con el tiempo, Zemurray alcanzó la presidencia de la United Fruit Company.

Biografía

El nombre original de Zemurray era Schmuel Zmurri. Nació en Kishinev, Besarabia, entonces Imperio Ruso y hoy día conocida como Chişinău ,en la actual Moldavia). Pertenecía a una pobre familia judía emigrada a Estados Unidos cuando Schmuel contaba catorce años de edad. El joven Zmurri no tuvo educación formal. Trabajó como estibador en el puerto de Nueva Orleans, Luisiana. En 1895, contando dieciocho años de edad, entró en el comercio del banano en el Mobile, Alabama. Su riqueza temprana se debió principalmente a una empresa muy exitosa iniciada en dicho puerto, cuando a pie de nave compraba los plátanos que habían madurado de más durante el transporte para luego venderlos a nivel local. Su éxito le valió el apodo de «Sam el bananero» (en inglés «Sam the Banana Man»). A la edad de veintiún años ya contaba con una fortuna de 100.000 dólares de la época. Más tarde llegó a comprar un barco de vapor con el que se dirigió a Honduras.

En 1910, en dicho país compró 5.000 acres (20 km ²) de tierra a lo largo del río Cuyamel. Más tarde se agregó más tierras, pero no sin endeudarse de más. Honduras y Nicaragua en ese año estaban negociando sus deudas con EE.UU.. El Secretario de Estado de EE.UU., Philander C. Knox, estuvo involucrado en las negociaciones, y proponía la presencia de agentes de los bancos JP Morgan y Compañía en las oficinas de las aduanas de estos países, con el fin de recaudar los impuestos necesarios para cobrarse la deuda. Zemurray temía que iba a someterse a imposición de negocio y se presentó ante Knox en busca de ayuda. Knox le rechazó, por lo que regresó a Nueva Orleans, donde vivía el depuesto presidente hondureño Manuel Bonilla, quien había sido derrocado en 1907.

Zemurray contactó con los mercenarios estadounidenses Guy «Machine Gun» Molony y Lee Christmas para formar una tropa dotada de armas modernas con las cuales Bonilla pudiera retomar el gobierno en Honduras. Entre tanto, Zemurray ayudó a Bonilla a regresar de incógnito a Honduras. Cumplido el plan, la llegada de Bonilla a suelo hondureño a mediados de 1910 provocó la deseada revuelta que, un año más tarde, repuso a Bonilla en el poder. Agradecido a Zemurray, Bonilla le dio a la Cuyamel Fruit Company concesiones de tierras, exención de impuestos y autonomía propia dentro del estado hondureño, lo que ayudó a salvar su negocio.

Tras este evento se atribuyó a Zemurray la frase «en Honduras una mula vale más que un diputado.» Continuó sus negocios en colaboración con la oligarquía hondureña, creando en 1910 la Cuyamel Fruit Company, con base en Puerto Cortés, Honduras. No obstante, debió pasar años enfrentando la competencia de la United Fruit Company. Pese al éxito comercial, en 1930 Zemurray aceptó vender la Cuyamel Fruit a la UFC a cambio de 31 millones de dólares.

No obstante, en 1933 Zemurray lanzó una oferta hostil de compra contra la UFC, al considerar que estaba siendo mal manejada y que su antiguo negocio estaba perdiendo su valor de mercado. Zemurray logró controlar la UFC (ahora más fortalecida por la absorción de Cuyamel Fruit) y se dedicó a administrar la empresa durante los siguiente diecinueve años, siguiendo los mismos esquemas de sus antecesores.

Cuando en 1954 el democrático presidente de Guatemala, Jacobo Arbenz, anunció su plan de repartir tierras agrícolas de «manos muertas,» Zemurray entendió que tal medida estimularía el minifundio entre los campesinos, alejándolos así de trabajar como peones asalariados de la UFC. Ante ello, Zemurray contrató al publicista Edward Bernays a fin de lanzar en Estados Unidos una amplia campaña mediática que convenciera al gobierno estadounidense de la «necesidad» de derrocar a Arbenz. A tal fin, con la cooperación de una vasta red de políticos y abogados estadounidenses vinculados a la UFC, se tildó a Jacobo Arbenz y a su régimen de ser «agentes del comunismo internacional.» La campaña tuvo el deseado éxito y el Departamento de Estado de EE.UU. y la CIA apoyaron el golpe de estado que, en la Guatemala de 1954, dio el poder al general conservador Carlos Castillo Armas. En ese mismo año Zemurray se retiró de la administración de la UFC. Murió en Nueva Orléans en 1961.

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