Nació en Tegucigalpa el 9 de junio de 1805 y falleció en Comayagua el 8 de enero de 1871, fue un militar con el grado de General de División, también muy ligado al lado político, fue electo como Séptimo Presidente constitucional del Estado de Honduras para el periodo de 1852 a 1855 y un defensor de las ideas de unión en Centroamérica. Sus padres fueron José María Cabañas y Juana Fiallos de Cabañas.
Se considera a Cabañas como una de las personas más honradas de la historia de Honduras. Durante su periodo de presidente sostuvo que No se trata de fundar la República de algunos, si no la República de todos, en la estatua construida en su honor ubicada en el Parque La Mercedes, de Tegucigalpa, puede leerse, Al Heroico Soldado de la unión centroamericana. Al guerrero modelo de constancia, de honradez y de valor.
Recibió sus estudios en el Colegio Tridentino ubicado en Comayagua, posteriormente se inició en la trayectorias de las armas en el año de 1827, defendiendo al Jefe de Estado Dionisio de Herrera cuando el país fue invadido por tropas federales, bajo el mando de José Milla, enviadas por el presidente federal Manuel José Arce. Participó además en las batallas de San Salvador, Las Charcas, y destacó en las Batalla del Espíritu Santo el 6 de abril de 1839 y en la Batalla de San Pedro Perulapán llevada a cabo en territorio salvadoreño, el 25 de septiembre del mismo año.
El 13 de noviembre de este mismo año, venció a las fuerzas del general José Francisco Zelaya y Ayes, en la Batalla en el Sitio de la Soledad, en inmediaciones de Tegucigalpa, pero luego fue derrotado por el mismo general el 31 de enero de 1840 en Los Llanos del Potrero.
En 1864 los gobiernos de Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua exigieron a Costa Rica que le negaran el asilo tanto a él como a otros morazanistas, pero la petición no fue oída, gracias a eso Cabañas pudo permanecer en Costa Rica hasta 1867, cuando regreso a su país natal.
El presidente José María Medina lo nombro intendente de la aduana de Trujillo, pero cabañas renuncio a los tres meses y no quiso cobrar sueldo alguno, se retiró a Comayagua, donde compro una pequeña casa y se dedicó al oficio de leñador, falleció en 1871, sus restos fueron sepultados en la iglesia de san Sebastián.
Luego de su muerte, el gobierno de Honduras le otorgó el título de «Soldado de la Patria» y la República de El Salvador nombró Cabañas a uno de sus departamentos, en su honor. Sus restos descansan en la Iglesia de San Sebastián de Comayagua.