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15 de Agosto 1519 Se funda la ciudad de Panamá

Acontecimiento

15 de Agosto 1519

La Ciudad de Panamá fue fundada el 15 de agosto de 1519 por Pedro Arias Dávila, conocido como Pedrarias, siendo la primera ciudad española en las costas del Mar del Sur u Océano Pacífico y la más antigua de tierra firme que existe hasta nuestros días como ciudad. Su fundación reemplazó a las anteriores ciudades de Santa María la Antigua del Darién y Acla, convirtiéndose en la capital de Castilla del Oro.

El 15 de septiembre de 1521 recibió, mediante Real Cédula el título de Ciudad y un Escudo de Armas conferido por Carlos V de España.

La Ciudad de Panamá se convirtió en el punto de partida para la exploración y conquista del Perú y ruta de tránsito para los cargamentos de oro y riquezas provenientes de todo el litoral Pacífico del continente americano que se enviaban a España.

En 1671, la ciudad fue atacada por las fuerzas del pirata inglés Lord Sir Henry Morgan con intenciones de saquear la ciudad. En defensa de la población y los bienes, el Capitán General de Tierra Firme, Don Juan Pérez de Guzmán ordena evacuar la ciudad y explotar los depósitos de pólvora, provocando un gigantesco incendio que destruyó totalmente la ciudad.

Las ruinas todavía se mantienen, incluyendo la torre de su catedral, y son una atracción turística conocida como el conjunto monumental histórico de Panamá La Vieja, reconocido como patrimonio de la humanidad.

La Ciudad de Panamá fue reconstruida en 1673 en una nueva localización a 2km al oeste-suroeste de la ciudad original a las faldas del Cerro Ancón, conocida actualmente como el Casco Viejo de la ciudad.

En 1821, luego de la independencia de Panamá de España y su unión voluntaria a la Gran Colombia de Simón Bolívar, la Ciudad de Panamá pasa de capital de Castilla del Oro y el Ducado de Veraguas, a la Capital del Estado del Istmo.

La fiebre del oro en California, en 1848, convirtió nuevamente al istmo como la ruta de viajeros que cruzaban camino a la costa oeste de Norteamérica, devolviéndole el auge comercial a la ciudad.

En 1855 empezó operaciones el Ferrocarril de Panamá, la primera vía férrea transoceánica desde la ciudad de Panamá en el Pacífico hasta la costa atlántica del istmo. En 1903, Panamá declaró su Separación de Colombia, y la Ciudad de Panamá se convierte en la capital de la nueva nación panameña.

Con los trabajos de construcción del Canal se mejoró la infraestructura de la ciudad en aspectos como sanidad, la erradicación de la fiebre amarilla y la malaria, la reconstrucción de calles y alcantarillado, así como la introducción del primer sistema de agua potable.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la construcción de bases militares y la presencia de gran cantidad de militares y personal civil estadounidenses trajeron nuevos niveles de prosperidad y comercio a la ciudad.

Durante los años de 1970 y 1980, la Ciudad de Panamá se convirtió en uno de los centros bancarios más fuertes del mundo, a la par de la ciudad de Nueva York y el centro financiero y de seguros más poderoso de Latinoamérica.

En la actualidad, el área metropolitana de la Ciudad de Panamá, que incluye los distritos de Panamá y San Miguelito principalmente, así como otros distritos y corregimientos cercanos, supera los 1.2 millones de habitantes, en una de las ciudades más avanzadas y cosmopolitas del continente americano, con numerosas atracciones turísticas y vacacionales, hoteles y restaurantes de clase mundial, casinos y centros comerciales internacionales, el centro bancario, el centro de seguros y reaseguros, además de sus imponentes edificios y rascacielos, entre los más altos de Latinoamérica y a nivel mundial.

Modesto Rangel Miranda
Comunicador

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ESCRITOS SELECTOS DEL PROFESOR ANGEL RUBIO SOBRE LA HISTORIA DE  LA CIUDAD DE PANAMÁ

Historia de Panamá La Vieja (extracto)

Por Angel Rubio

El impulso tuvo este gran tropezon. Estaba cerrado el camino del oriente. Era posible encontrar un paso marinero que lo abriese? Y si no un paso marinero algún modo de paso que permitiese al impulso desatar todo el resto de su fuerza?

En 1513 se produce la respuesta. Por obra y gracia del hidalgo Vasco Núñez de Balboa, que desde Santa Maria la Antigua del Darién cumple la primera travesía por sobre “un estrecho de tierra” (la frase es de la época y la escribió Gonzalo Fernández de Oviedo) que apenas separa la Mar del Norte (el Caribe) de la otra: la Mar del Sur.

El impulso hacia el Oriente ha tornado cuerpo en la institución española que dirige (hoy diríamos atrevidamente de modo planificado) los descubrimientos. La Casa de la Contratación, sevillana y marinera, prosigue el impulso en pie los viajes en demanda del Oriente. Sin que ello impida fundar poblaciones y aprovechar las tierras que vienen cerrando el camino.

1514. La Armada del Darien parte del Guadalquivir. Equipada de gente, de armas, municiones, bastimentos, camas, drogas, herramientas, plantas, semillas… y el impulso… porque Pedrarias Dávila, su jefe y señor, trae órdenes precisas para que al otro lado del “estrecho de tierra” que ya se llama Castilla del Oro se funde una ciudad, de buenas condiciones marítimas para proseguir, desde ella, el descubrimiento de la nueva mar. Camino del oriente… Camino de la “Especiería”… Ya en el Istmo, Pedrarias ordena nuevos viajes y exploraciones; se tantean las costas para plantar dos ciudades: una, en la del norte; otra en la del sur. Hay intentos que fracasan.

En 1515, Antonio Tello de Guzmán, después de atravesar las rebeldes e imponentes selvas del Darién, sigue hacia el occidente del Istmo panameño, escudriñando sus riberas en busca de un lugar “apropiado” donde fundar una nueva ciudad. Llega a un pequeño caserío que los indios llaman “Panamá”. Se dijo que esta palabra (cuya etimología se discute aún) significa “pesquería”, “abundancia en pescado”; así lo afirmo el explorador coetaneo Pascual de Andagoya.

Poco después otro brioso descubridor de Panamá, Diego de Albitez, cruza desde la pesquería de Panamá hacia el norte, por lo más angosto del istmo propio de Panamá, y alcanza la costa septentrional donde establece definitivamente la ciudad terminal norte: Nombre de Dios. Los descubridores Albitez de modo especial han percibido estos hechos geográficos fundamentales que van a determinar la posición regional de la ciudad que se quiere fundar: una mínima angostura ístmica no cruzada por altas montañas sino por colinas de poca elevación.

El impulso no ha muerto. Arde en Sevilla. Alimenta su fuego la Casa de la Contratación, joven, atrevida, marinera.

Año 1519. Sale de los muelles trianeros del Guadalquivir la Armada que comanda Fernando Magallanes. Va con pendón castellano a resolver, de una vez, el problema del estrecho marino y a que el impulse arde se siga el camino de occidente, siempre a occidente, para alcanzar oriente… La Armada magallánica parte bajo este signo.

Con el mismo signo y en el mismo año el impulso flamea más alto que nunca Pedrarias Dávila ha resuelto crear la ciudad que, desde el sur del estrecho terrestre panameño, permita continuar los descubrimientos marinos hacia occidente. En marcha. Su lugarteniente, Gaspar de Espinosa, recorre de nuevo y cuidadosamente las costas que van desde el Darién hasta la pesquería de Panamá, donde los peces abundan. Mientras tanto, cruza Pedrarias el Istmo (que importan las selvas darienitas, los indios kunas, ni los chocoes?…). Desde el Golfo de San Miguel salta al Archipiélago de las Perlas a su Isla del Rey de aquí, isla a isla, hasta la grácil Taboga. Es el mes de Julio … (Magallanes va a partir de Sevilla (impulsado por el impulso de Oriente) cuando Pedrarias se encuentra con Espinosa en la pesquería Panamá, donde abunda la pesca. Y donde se necesita un puerto y refugio para construcción de naves, para limpieza y careneo, para su aprovisionamiento de agua y para que las naves zarpen, atrevidas, hacia occidente y hacia los cuatro cuadrantes de la rosa de los vientos.

Tras algunos tanteos y vacilaciones, se acuerda fundar la ciudad cerca de la ensenada que guarda la Punta Judas, pequeña caleta donde vacía sus aguas el río Gallinero (hoy Río Abajo).

Advino el momento. Parece verlos cubiertos de ornamentos solemnes casi hieráticos, en medio de un llano que enmarañan bejucos, herbajes y árboles, desarrollar todo el ceremonial de fundar la ciudad. Es la mañana del 15 de Agosto de 1915, día de la Asunción de Nuestra Señora, que será la Patrona de la urbe que nace y que se bautiza, al instante, con nombre indigena: PANAMA. Los “urbícolas” hispanos Pedrarias Dávila, Gaspar de Espinosa, el Piloto Juan de Castañeda (quien pudo aquel día haber determinado su latitud geográfica de unos 8° norte de la equinoccial) y tantos otros más acaban de echar la semilla. Para que el impulso que arde en Sevilla y se quema hoy en el trópico no perezca. Para que el Oriente… nazca.

Y así nació Panamá. Permítaseme el atrevimiento: teleológicamente. Para un fin determinado, preconcebido. Aunque, luego, no fuere alcanzado. Nació como punto de arranque de nuevos descubrimientos marinos en la recién hallada Mar del Sur. Fue su función inicial, hija del “impulso”. (Ya ha salido Magallanes de Sevilla, la proa puesta hacia occidente… para lograr el estrecho y el oriente).

Factores de posición regional elegidos por los “urbícolas”: la pequeña llanura, de clima más fresco que Santa María del Darién; la abundancia de árboles (hay que hacer naves), y de hierbas para pastes; la base alimenticia del pescado (“panamá”), la ensenadita de Punta Judas, fueron los factores de situación topográfica que vieron y utilizaron los “urbícolas” hispanos. El puerto es malo. Las ciénagas y manglares ciñen el lugar.

“El Panamá de Pedrarias Dávila fue un vivero constante de expediciones extraordinarias. En el se fraguó la aventura del Perú. Pedrarias, enamorado de las bellezas naturales de Nicaragua y deslumbrado por el rumor de los triunfos de Cortes, prefería que las expediciones siguiesen dirección del noroeste. La aventura del sur al Gobernador, receloso como viejo, una empresa de locos. Sin embargo…Panamá, la por él fundada como un centro de exploraciones hacia el norte y hacia el sur, cumplió maravillosamente su contenido. Fue la primera etapa funcional de Panamá. Y la cumplió.

LA URBE PRIMITIVA, BARRIOS DE PANAMÁ LA VIEJA

Hacia 1670. Paseamos por la ciudad de Panama, puerto de transito y trasbordo. Puerto? Para puerto se la hizo nacer. Como puerto vivió. Pero el puerto era tan malo, que no pudo cumplir su misión. A tal extremo, que muchas de las exploraciones que parten de la primitiva Panamá lo hacen desde la próxima isla de Taboga. A extremo tal, que las naos grandes no podían arribar al puerto de la ciudad (son inmensos los desplayes que se producen en las acusadas bajamares del Pacifico) y habían de fondear en el fondeadero de la Isla de Perico, lejana unas millas de Panamá la Vieja. Y a extremo tal, que el Rey Felipe II mando desde el Escorial (1586) que los barcos de mas de 3,000 arrobas fondeasen y carenasen en el Perico (verdadero puerto insular panameño), so pena de graves multas. Aun así, y con semejantes inconvenientes que provocan protestas y deseos de cambio, la ciudad que visitamos alla por 1670 es mercado y puerto de transito y transbordo.

Hela aquí con su trazado urbano de tablero de ajedrez, como lo mandan las disposiciones urbanistas de las Leyes de Indias, inspiradas en una vieja tradición romana de Vitrubio. Calles que se cortan en ángulo recto. Tres de ellas van del Este al Oeste: la Carrera, la Empedrada y la Puentezuela; siete intersecan de norte a sur. Todo cubre en total unas 59 hectáreas. Cosa chiquita, pero importante. Dominar fácilmente las revueltas, con la caballería, parece que fuera el criterio inspirador de tales trazados urbanos. Así lo afirmaba Hernán Cortes.

En el centro y corazón esta la Plaza Mayor, cuyo ancho es unos dos tercios (las dimensiones están planificadas) de su largo. Al costado oriental de la Plaza, la Catedral, consagrada y bendecida ya. Hecha de cal y canto, con sus tres naves en planta de cruz latina; sus altares, cofradías y su Cabildo eclesiástico. Próximo a la Catedral, la Casa Cabildo y las Casas Reales, todavía en ruinas. Hemos andado por el Barrio Oficial. El Centro.

Más al norte se halla el Barrio Comercial, próximo al puerto de la Ensenada que cierra la Punta Judas. Allá, la Casa de los Genoveses, centro de contratación de esclavos; allá, los almacenes que sirven al puerto y, en este, lugares para carena y calafateo de pequeñas naves, en la Calle de los Calafates.

Los barrios residenciales corren hacia el poniente de la Plaza Mayor, por las calles de la Carrera, la Empedrada y Puentezuela. Allá están los Conventos de piedra, con tanto esfuerzo levantados. La Compañía de Jesús, la Concepción, San Francisco, el Hospital de San Juan de Dios, la Merced, con sus huertas conventuales, sus religiosos, y legos, que asisten, algunos, a lejanas misiones en el Istmo, en las tierras del Guaymí y en Darién.

Finalmente, sus barrios suburbanos -Malambo y Pierdevidas-, tienen casas pajizas, donde se alberga la población negra trabajadora, fuente de energía de la ciudad. El aprovisionamiento de víveres viene de hatos y huertas cercanas y de pequeños centros agrícolas y ganaderos que hay en el interior, en Los Santos. Así, la ciudad se nutre de la propia tierra istmeña.

A las salidas de la pequeña urbe hay dos puentes: el Puente del Rey, en el Camino Real de Portobelo, y el Puente del Matadero, que lleva al interior: a Natá.

PASIÓN Y MUERTE DE PANAMÁ LA VIEJA

La Vieja Panamá vivió poco más de siglo y medio; justamente 152 años (1519-1671). Un juego de fuerzas y energías la crearon; eran fuerzas propicias. Otro juego de fuerzas y energías hostiles, negativas, trabajaron sin descanso en su contra. Y al fin… murió trágicamente.

Fueron sus fuerzas propicias: la posición y la angostura del Istmo, que, apenas descubierto, comenzó su función comercial; su situación sobre el Pacifico la Mar del Sur de entonces desde la cual inicio la exploración del Mayor Océano; fue su propia localización la que hizo de ella punto de arranque de las rutas terrestres a Nombre de Dios primero, a Portobelo, luego, y puerto de atracada del comercio del Perú, cuando esta esplendida tierra comenzó a vomitar sus caudales metálicos; y su propia situación la hizo sede administrativa, bajo el dominio español, para las autoridades eclesiásticas y civiles y emporio comercial para transacciones que enriquecieron a mercaderes opulentos.

El conjunto de estas fuerzas y la energía de espíritu que las animo determinaron su origen y su desarrollo. Pero contra ellas trabajaron las fuerzas destructoras que acabaron pulverizándola. He aquí, en resumen, las energías contrarias:

l-) Los incendios: sus viviendas de madera ofrecían la posibilidad. Y el fuego la castiga en 1539; en 1563 (destruye 40 casas); en los terribles y criminales incendios de 1644 (21 y 23 de febrero; ocasionan pérdidas de más de 1,000,000 de pesos) y en el incendio final de 1671).

II-) los terremotos de 1541 (2 de mayo) y el imponente de 2 de Mayo de 1641 que sepulto, entre muchas gentes mas, al oidor Juan de Santa Cruz Rivadeneira.

III-) Las violentas guerras civiles que ocurridas en Perú y América Central repercutieron en Panamá.

  • 1542: rebelión del panameño Diego de Almagro el Mozo (hijo de Almagro descubridor de Chile y de la india panameña Ana Martínez) que se alza contra el bando de Pizarro; pereció ejecutado.
  • 1544: Gonzalo Pizarro, rebelde en Perú, manda a su capitán Henando de Bochicao que toma y veja la ciudad.
  • 1545: El mismo rebelde Pizarro envía al general Pedro Alonso de Hinojosa que también se apodera de la ciudad por breve tiempo.
  • 1550: Los hermanos Contreras, nietos de Pedrarias, sublevados en Guatemala, saquean la ciudad; fueron derrotados en el Cerro de la Matanza (24 de abril).
  • 1552: sublevase el notario Rodrigo Méndez; sojuzgado el revoltoso es condenado a muerte). Los ataques de los esclavos negros cimarrones. Son los esclavos africanos (importados para resolver el problema de la mano de obra en las tierras calidas), que huyen y se organizan en los campos y, desde allá, atacan los centros españoles.
  • 1549: sublevación de Felipillo.
  • 1554: terrible sublevación de Bayano que, tras de dos campanas militares, fue sometido y enviado a España.
  • 1580-81: sublevaciones de Luis de Mozambique y de Antón de Mandinga.

V-) y última: la gran fuerza hostil y potente, los Corsarios. Punto de paso de los caudales de Indias, sitio estratégico militar especie de ombligo geográfico de los Virreinatos españoles, el Istmo y Panamá tuvieron que sufrir el martilleo de los enemigos de la Monarquía Española. Instrumento de acción eficaz son los piratas.

  • 1572-73: ataques de Sir Francis Drake; logra apoderarse del tesoro peruano en transito por Panama.
  • 1596: Drake desembarca en Nombre de Dios con ánimo de ocupar Panamá; sus fuerzas son batidas. Incendio de Nombre de Dios. Muerte de Drake (7 de febrero 1596).
  • 1602: alarma en Panamá por el saqueo de Portobelo realizado por William Parker.
  • 1688: Henry Morgan ha logrado tomar Portobelo y avisa a las autoridades españolas que ira a Panamá, pasados doce meses.
  • 1671. Los días estaban contados… y llego el fin. Las fuerzas de Morgan, destroncada la resistencia de Portobelo, avanzaron río Chagres arriba; las tropas españolas son abatidas y el Gobernador, D. Juan Pérez de Guzmán, que aguardaba en Graces, se repliega a la ciudad. Miércoles 28 de Enero. Morgan y sus 1200 hombres dan vista a la urbe. A las 12 del día Morgan domina el campo sin que de nada haya servido la estratagema española de utilizar toros ni la bravura de alguna tropa. El Gobernador Pérez de Guzmán ordena dar fuego a los polvorines, mientras huyen vecinos y naves. Por el Puerto del Matadero o Puente de Morgan, entra el vencedor en la ciudad entre las llamas y la resistencia de algunos valientes. Pero se logra batir. 27 días después, el 24 de febrero de 1671, los destructores abandonan la ciudad vacía y achicharrada.

Panamá ha entrado en la Historia guardada entre palmeras, troncos y ramajes que cubren sus ruinas verdosas y ennegrecidas y que cuidan de sus recuerdos.

REFERENCIA

Rubio, Angel. 1999. La Ciudad de Panamá. Biblioteca de la Nacionalidad Panameña.  (Reimpresión). 310 pp.

Edición digital: Burica Press

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PRIMERA CIUDAD.

Raíces

Lo que fue Panamá La Vieja

Aún cuando muchos de ustedes — y con razón— pensarán que la fotografía más repetida de la historia de Panamá es la de la torre de su primitiva catedral, la de Panamá La Vieja, hemos decidido presentársela, ya que la que aparece aquí no es muy popular.

En el libro del historiador Juan B. Sosa sobre dicha ciudad sí está reproducida, pero la de hoy es la original captada por Carlos Endara. La foto data de los primeros años del siglo XX. Nótese el herbazal a su alrededor.

Hoy el patronato encargado de esos históricos lugares ha logrado, a través de una magnífica labor, modificar lo que desde hace muchísimos años debió ser un tesoro mejor cuidado. El resto del entorno también ha cambiado. Dense cuenta de lo descuidado que todo esto antes estaba, que hasta un árbol ha crecido en la parte más superior de la pobre torre y un herbazal también rodea al solitario arbusto. La primitiva iglesia fue construida originalmente de madera y su techo era de paja. Imagínese cómo se transformaría todo aquello, con tan solo uno de nuestros famosos aguaceros. Su primer arquitecto fue el español Antón García. Tras miles de dificultades —sobre todo económicas— lo mismo sucedió con la de la nueva ciudad. La que aquí aparece con sus nuevos materiales y que repetimos es la de Panamá La Vieja. Fue terminada en 1623. El incendio de turno casi la dañó enteramente en 1644. En 1649 fue restaurada. Todavía en la actualidad se lucha por conservarla. 518508

Nuevamente y para el amigo que desea encontrar en estas páginas de Raíces temas para polemizar, aquí les va otro: ¿Cómo se debe decir, Panamá Viejo o Panamá La Vieja?

Dicha localidad fue fundada con el fin principal de que fuese el punto de enclave entre España y el sur y más precisamente con el rico Perú.

Ya se sabe que el sitio fue muy mal escogido y a pesar de que se ha hablado mucho de ello hoy hablaremos de ese tema un poco más.

Al poco tiempo de su fundación, ya ciertas autoridades recomendaban el traslado. El pirata Henry Morgan se encargaría de acelerar la labor.

Mientras, su población y sus edificaciones no eran mucho lo que crecían. En 1609, la ciudad medía “mil 400 pasos de una vara de largo y otros 400 de ancho, tenía cuatro calles en una dirección y siete por la otra”. En ellas se acomodaban la inevitable Plaza Mayor de los Españoles, dos más chicas, la Catedral, nada menos que cinco conventos, siete casas reales (o sean las del gobierno), la cárcel, el hospital, la del Concejo (acuérdense, nunca lo escribiré con “s”, aún cuando en el artículo del domingo así apareció esa palabra).

Había un par de iglesias pequeñas más. Alrededor de 300 casas algo mejores, 40 no tanto, un poco más de 100 ranchos o bohíos (?), el matadero, el mercado y dos puentes, uno que llevaba a lo que hoy es el interior y otro a Portobelo, que como puerto de nuestro Atlántico o sea también Colón, no han debido perder a causa de los intereses de la capital su importancia y un verdadero esplendor.

Volviendo a Panamá La Vieja quizá su calle principal era la llamada de la Carrera. Por el otro lado, la principal era conocida como calle de Santo Domingo.

La que se podía llamar la calle comercial era conocida como la de los Calafates, palabra que designa a los que se dedicaban a cubrir con brea y otras sustancias a las hendiduras de los cascos de madera de los buques para que no penetrase el agua, o sea calafatear.

Volviendo un poco atrás, los cinco conventos existentes en aquella ciudad eran el de San José, el de la Compañía de Jesús, el de Santo Domingo, el de la Merced y el de San Francisco.

El hospital ya mencionado tuvo por nombre, primero, el de San Sebastián. Como no había quién desempeñase sus labores administrativas y de ayuda a los pacientes, se pidió a Lima, la capital peruana y de gran ayuda para la Panamá de esos tiempos, que enviase hacia acá a miembros de la comunidad de San Juan de Dios que se dedicaban a las labores arriba citadas. Pero como otro ejemplo de lo que es la envidia y las ganas de impedir todo tipo de progreso (¿existirá todo eso aún hoy?) las autoridades locales no permitieron el ingreso de la citada comunidad. Fue necesario una orden del Rey de España para que pudiesen venir los hermanos de San Juan de Dios a ayudar en aquel hospital.

De la iglesia principal, que hoy llamamos quizá impropiamente “catedral”, hablaremos un poco más en los pie de fotografías.

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