Honduras en sus manos
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El 19 de octubre de 1821 Agustín de Iturbide, Presidente de la Junta de Regencia que se había establecido en México, contestó al Brigadier Gabino Gaínza, Gobernador de Centro América, el oficio que éste le había enviado el 18 de septiembre comunicándose la armonía, el orden y concierto en que el 15 de septiembre de ese año había sido proclamada la independencia.
Iturbide en su oficio objetaba -sin que tuviera derecho alguno para hacerla- el artículo segundo de nuestra Acta de Independencia, porque en él se convocaba un Congreso Soberano bajo el sistema representativo y a razón de un Diputado por cada quince mil almas.
Decía Iturbide que no quedarían las bases del Gobierno sólidamente afirmadas si no se apoyaban en el centro común que debía reunir todas las partes de este Continente para su mutua protección y defensa; que el interés de Guatemala y México era tan idéntico e indivisible que no podían erigirse en naciones separadas independientes sin aventular su seguridad y existencia; que había que acatar los principios de la monarquía moderada, erigiendo a la libertad un trono en que el respeto reverencial y de costumbre, los prestigios de la antigüedad y la posesión inmemorial de la corona acudieran a sostener la dignidad del soberano, al paso que la representación nacional, ejerciendo libremente su destino, opusiera un dique incontrastable a los embates del poder y lo redujera a la infeliz impotencia de degenerar su arbitrio, y finalmente decía que desnudo de toda mira individual y poseído del más sincero respeto a la voluntad de los pueblos, no intentaría someterlos a la suya, aunque no era otra que su felicidad y bienestar, objeto con el cual había marchado ya y debía tocar en breve en la frontera de Guatemala una División numerosa y bien disciplinada que evitaría la violencia.
A pesar del palabrerío y los eufemismos, saltaba a la vista que Iturbide pretendía incorporar a Centro América al Imperio que ya tenía pensado constituir, y aunque hubo quienes atizaron el peligro y aconsejaron las medidas a tomar para conjurarlo, Gabino Gaínza, Mariano Beltranena, los Aycinena, el clero, los pseudonobles, la ex burocracia colonial, los dueños de la tierra, etc., ya tenían urdida la trama que conduciría al sojuzgamiento de los territorios recientemente independizados a la férula de México.
En Honduras fue Comayagua el lugar que se llevó el campeonato secundando la conspiración de los altos dirigentes guatemaltecos; en El Salvador ocuparon ese triste sitio Santa Ana y San Miguel y en Nicaragua, la ciudad de León.
Fuente: Efemérides Nacionales (Víctor Cáceres Lara)