Situada en un cerro de la jurisdicción del Municipio de La Unión (Copán), en el departamento de Copán, fue denunciada por el minero y presidente que fue de Honduras en 1862 el señor Victoriano Castellanos Cortés. Quien la explotaría primeramente con medios rudimentarios de amalgamación, hasta la adquisición de una máquina comprada en el Reino Unido en 1840.
Don Victoriano Castellanos Cortés explotaría la mina hasta su defunción en 1863 y después lo haría el Ingeniero en minas don Manuel Bueso Pineda, la veta fue vendida con todos sus derechos a la compañía estadounidense “New Idrya Honduras Mining Co.” y años después pasara a la empresa canadiense “Minerales de Copán” los que extraían los metales en bruto, los cuales eran transportados en camión hasta Panamá, para la separación del oro y seguidamente su purificación, esta compañía duró hasta la década de los noventa, cuando fue adquirida en todos sus derechos de explotación por la internacional canadiense “Greenstone Minera” siendo su sede en Ontario, Canadá y vicepresidente de operaciones el señor H. Brooke Mcdonall, ésta empresa se encargaría de realizar un estudio geológico, usando un escaneo por satélite y radares colocados en helicópteros para rastrear la zona minera de la conocida “Falla de San Andrés” en el occidente de Honduras, de los resultados obtienen que el mineral se encuentra debajo del casco perimetral de la aldea de Las Minas de San Andrés y seguidamente sus abogados gestionan ante el gobierno hondureño la forma de sacar el mineral e interpretando la ley de Minería vigente, logran apoderarse del terreno de la aldea trasladándola completamente junto a sus habitantes (debidamente remunerados) a un nuevo poblado construido para tal efecto unos kilómetros más debajo de su posición actual; a continuación, la compañía minera procede a demoler todas las casas e iglesia colonial, para poder así sacar la broza donde se encuentra el mineral, está broza es lanzada a una máquina de molido y amalgamación, seguidamente triturado, el resultado es transportado por una banda mecánica hasta la falda de la montaña hacia una piscina de tratamiento donde es usado cianuro, para la separación del mineral de la broza, para ello se adquirió los derechos de tala de un bosque de pino. Este acto, fue repudiado por los habitantes de los demás poblados vecinos: Azacualpa, San Miguel, El Corpus que denunciaron ante las autoridades que la planta de tratamiento podría tener un vertido de cianuro al Río Higuito, del cual se aprovechan sus aguas para potabilizarlas, uno de los activistas pro indemnización a los habitantes es el Obispo de la Diócesis de Santa Rosa de Copán, Monseñor Luis Alfonso Santos Villeda y además que el área boscosa talada, fue demandada por Greenpeace, ya que el efecto causaría erosión en las montañas y zonas aledañas utilizadas para cultivo y ganadería. Aunque no se puede dudar de los beneficios que también esa zona obtuvo como: fuentes de trabajo para la compañía y el mantenimiento de las carreteras no pavimentadas desde el municipio de La Unión (Copán), hasta los demás aldeas y la zona privada de la mina. Pero, debido a la cantidad de demandas la compañía Greenstone, vendió los derechos a “Minerales de Occidente, S.A.” (MINOSA) propiedad de la sociedad Banco Atlántida S.A. que es la que actualmente explota el yacimiento.
Fuente: http://es.wikipedia.org