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MESOAMÉRICA

Mesoamérica (griego: μέσος [mesos], ‘intermedio’)? es la región del continente americano que comprende la mitad meridional de México, los territorios de Guatemala, El Salvador y Belice, así como el occidente de Honduras, Nicaragua y Costa Rica. No debe confundirse con la región mesoamericana, concepto acuñado para denominar una región geoeconómica por organizaciones internacionales tales como la OCDE; 1 Mesoamérica es un área definida por la cultura.

Esta región vio el desarrollo de una civilización indígena en el marco de un mosaico de gran diversidad étnica y lingüística. La unidad cultural de los pueblos mesoamericanos se refleja en varios rasgos que Paul Kirchhoff definió como el complejo mesoamericano.2 La definición de lo que se acepta como mesoamericano es objeto de discusión entre los estudiosos de esta civilización; sin embargo, con frecuencia se menciona en el inventario la base agrícola de la economía, el cultivo del maíz, el uso de dos calendarios (ritual de 260 días y civil de 365), los sacrificios humanos como parte de las expresiones religiosas, la tecnología lítica y la ausencia de metalurgia, entre otros. En su momento, la definición del complejo mesoamericano sirvió para distinguir a los pueblos mesoamericanos de sus vecinos del norte y el sur.

El desarrollo de Mesoamérica se extendió por varios siglos. Los especialistas discuten sobre la época que puede considerarse el «inicio» de la civilización mesoamericana. De acuerdo con algunas posturas, el hito inicial consiste en el desarrollo de la alfarería. Otros consideran que el primer complejo mesoamericano se desarrolla entre los siglos XV y XII a. C., período contemporáneo a la cultura olmeca. A lo largo de su historia, los pueblos mesoamericanos construyeron una civilización cuyas expresiones hablan de elementos compartidos por varios pueblos y rasgos que los distinguen entre sí. En la medida que avanzó el proceso civilizatorio, algunos rasgos se homogeneizaron por el contacto interétnico y otros adquirieron especificidad en ciertos contextos. Este proceso fue continuo y perduró hasta la colonización española. Algunos autores emplean indistintamente los nombres nahuas para describir objetos y conceptos originales de Mesoamérica,3 y otros destacan las diferencias entre los pueblos de la región.4

Al ser éste un artículo introductorio, se privilegian los elementos culturales compartidos por los pueblos mesoamericanos de acuerdo con el enfoque adoptado en obras de acercamiento general a la realidad mesoamericana.5 Aunque en este artículo no se deja de hacer referencia a las particularidades, éstas pueden ser profundizadas en los artículos respectivos.

La mayor parte de los pueblos mesoamericanos hablaron lenguas pertenecientes a las siguientes familias lingüísticas: otomangueana, mayense, mixezoqueana, totonacana y utoazteca. Otras lenguas están aisladas o no pudieron ser clasificadas porque desaparecieron en el proceso de castellanización que comenzó con la colonización española y continúa hasta la fecha. Este mosaico de lenguas y etnias estuvo presente durante la época prehispánica y tiene su correlato en las numerosas culturas indígenas que se desarrollaron en diversas zonas y tiempos de Mesoamérica, entre las cuales las más estudiadas han sido la mexica, la maya, la teotihuacana, la zapoteca, la mixteca, la olmeca o la tarasca. A pesar de la concentración de estudios que se han dado en el caso de esas importantes culturas, Mesoamérica fue escenario de muchos pueblos, algunos de los cuales han apenas comenzado a ser investigados a partir de excavaciones recientes.

Un vistazo a la tradición indígena nos permite darnos cuenta de que la cultura mesoamericana y su culto a la muerte debían ser comunes a toda la región al igual que muchos otros parámetros culturales. Su origen, repetido una y otra vez entre los distintos escritos sagrados nos permite darnos cuenta de la linealidad de estas culturas y de la conciencia que el indígena tenía de ellos. Para muestra, el poema siguiente:

«Acaso hablamos algo verdadero aquí, Dador de la Vida?
Solo soñamos, solo nos levantamos del sueño.
Solo es como un sueño…
Nadie habla aquí la verdad …

… finalmente, a medianoche, los dioses se reunieron en Teotihuacan y ocuparon sus sitios en torno del fogón divino. En este lugar sagrado arde el fuego durante cuatro días. Y entonces los dioses hablaron así:
-Vamos a crear el Quinto Sol; más para hacer eso, uno de nosotros tendrá que arrojarse a la hoguera.

Nadie habló. El fuego seguía ardiendo vivamente, pero no habló nadie. Al fin se levantó alguien, un ser envuelto en sombras, un dios feo, terriblemente buboso y cubierto de verrugas y costras. Se levantó con timidez y se puso a temblar mientras lo miraban con desprecio los demás dioses.

Cuando el arrogante dios Tecuciztecatl, Señor de los Caracoles, vio que un dios tan pequeño y deformado se había ofrecido para convertirse en el Quinto Sol, se puso en pie de un salto.

Silencio!

Paseo la mirada en torno, lleno de miedo.

El fuego inmenso salta y ruge, ahuyentando a las estrellas. El Universo parece estar golpeando frenéticamente dentro el vientre de su madre y por dondequiera se oye el sonido de tambores. El sonido va creciendo de intensidad a medida que las llamas suben cada vez más altas. Los dioses entonces, hablan así:

-Ea, pues, Tecuciztecatl, entra tú en el fuego!

El arrogante dios sonríe con desdén mientras avanza despacio hasta ponerse enfrente de la enorme torre de llamas. Pero al sentir el calor de las grandes llamas, se le derrite la confianza y tiene miedo. Cierra los ojos, toma aliento y arremete para echarse en el fuego. Lanza un grito al aproximarse al fogón divino, pero no puede avanzar más. Entonces todos los dioses se levantan indignados. Tecuciztecatl ruge como un huracán y vuelve a correr hacia la hoguera. Cuatro veces corre y cuatro veces no puede entrar en el fuego.

Entonces de nuevo se hace silencio. Las inmensas llamas se elevan danzando de tal manera que destierran a los cometas de la oscuridad. El Universo empuja su cuerpo contra el vientre de su madre, esforzándose en nacer y lanzando un alarido infernal que resuena interminablemente en torno nuestro. Y otra vez hablan los dioses:

-Ea, pues, Nanahuatzin, prueba tú!

Los dioses quedan de pie en torno del fuego bramador y van volviendo sus ojos inexpresivos hasta mirar al dios feo. Y le instan de nuevo: «Nanahuatzin, ya es hora de que pruebes tú!».

Sin aguardar un momento más, se levanta dando un grito, arrancándose el manto y mostrando la fealdad de su cuerpo al Fuego Creador.

Los sacerdotes tratan de controlarlo, pero este se escabulle de sus manos, lanzándose hacia el fuego que llamea en la plataforma iluminada del templo. En la plaza de los dioses, iluminada por la luna, hay una explosión violenta que estalla en diez mil rayos, los cuales estallan a su vez y caen sobre la tierra en una lluvia de plata. Las montañas se desploman y el cielo se abre y se traga a Nanahuatzin. Después hay una oscuridad total: nada se puede ver, nada se puede oír. Solo se escucha el ruido crepitante de carne que se quema.

Luego, en esa noche oscurísima, los dioses se sientan, exhaustos a esperar la salida del nuevo sol. Esperan largo rato. Al fin comienza a ponerse colorado el cielo y en todas partes aparece la luz del alba. Exhalando un suspiro los dioses se hincan de rodillas para ver por dónde saldrá el feo Nanahuatzin. Miran por todas partes sin poder acertar donde aparecerá. Solo el dios Quetzalcoatl sabe el lugar en que aparecerá el Quinto Sol. Y cuando aparece en el cielo, por el oriente, emerge de un color rojo encendido y tambaleándose de uno a otro lado. Nadie lo puede ver, tan brillante y dorada es la luz que despide.

-Pero, como habremos de vivir?- claman entonces los dioses- No se mueve el Sol! No sigue su camino por el cielo! No hay ni noche ni día!

El Sol sigue tambaleándose de un lado a otro. Sin embargo, no avanza por el cielo. Tiene vértigo. Alguien canta allá a lo lejos:

El Quinto Sol se llama el Sol del Movimiento porque sigue su camino; pero tú no te mueves, Nanahuatzin TU NO TE MUEVES!

Los dioses dan un grito y se clavan en las venas sus cuchillos de obsidiana, ofreciéndole al Sol su propia sangre, que va subiendo hasta el cielo. Luego la sangre se convierte en un gran viento que sopla sobre el Sol y lo hace levantar como si estuviera flotando. Este pasa volando por delante de los sacerdotes, quienes se afanan por detenerlo, pero el Sol ya está bajando por la escalinata, precipitadamente… huyendo hacia el horizonte que empieza a empaparse de sangre…

Fue así como nació el Quinto Sol. Desde ese día ha iluminado a los Mexicas, a los Mayas, a los Olmecas, a todas y cada una de las grandes tribus que existieron y existen en Mesoamérica.

Acaso hablamos algo verdadero aquí, Dador de la Vida?
Solo soñamos, solo nos levantamos del sueño.
Solo es como un sueño…
Nadie habla aquí la verdad … »

Si lo vemos científicamente, hay que plantear tres cuestiones de suma importancia para ubicar el origen del hombre mesoamericano:

1. El continente americano no participó del proceso de hominización (transformación del hombre), por lo que América fue un continente poblado por el homo sapiens. No se encontraron restos de otros homínidos, pero sí restos del homus del Australopitécido y Pitecantrópido.

2. La fuerza de la migración asiática por el estrecho de Behring no fue la única en el poblamiento múltiple de América. Investigaciones recientes han mostrado otras áreas de poblamiento en América, producto de migraciones por el Pacífico y el antiguo vínculo de América con la costa occidental de África/Islas Canarias. Se discute la presencia vikinga (nórdico) sobre todo en el área de Groenlandia, la península de Labrador y la Nueva Escocia (Norte América).

3. Con fundamentos científicos está comprobada la presencia humana desde hace 30,000 años a.C. en el suelo de América.

También ha habido interpretaciones con teorías precientíficas como el episodio de la primera «Diáspora» de las diez tribus de Israel que poblaron un nuevo mundo, después del Diluvio Universal, o el origen extraterrestre de los primeros pobladores de América según Erich Von Daniken. Aléx Hardlika, Florentino Ameghino, Paul Rivet, Richard E. W. Adams, Muriel Porter, Vance Haynesu y Jacobo Annius de Viterbo son algunos de los principales investigadores del período formativo del continente americano.

Pero en 1943, el antropólogo Paul Kirchoff estableció el concepto de «MESOAMERICA» como una zona cultural (no geográfica), donde describe los límites geográficos, composición étnica y los caracteres culturales de los grupos presentes en la región antes de la venida de los españoles. La definición de las fronteras culturales, desde el Valle de México hasta Región Sur de Costa Rica, ha contribuido a establecer las particularidades, influencias y origen entre los asentamientos humanos precolombinos. HONDURAS, por la condición de su ubicación geográfica ha servido de frontera entre dos grandes áreas culturales : Mesoamérica y la denominada área Intermedia ( Baja Centroamérica). El mapa de Kirchoff es el siguiente en 1943:

Para 1993 el mapa de Mesoamerica había cambiado debido a las investigaciones y descubrimientos que se han hecho hasta ese momento:

a). Agricultura intensiva, los grupos mesoamericanos trabajaron el maíz, el frijol y la calabaza como la tríada alimenticia por excelencia, sin embargo dado el crecimiento de las ciudades se hizo necesario que los cultivos se ajustaran a las necesidades de las mismas creando que el cultivo menos problemático se volviera el más popular: el maíz. Normalmente la tierra puede producir cuatro cultivos en el año, sin embargo el hombre mesoamericano llegó a doblar esta cantidad logrando sacar provecho de la tierra al cultivarla intensivamente, a la vez que lo hacía en parcelas inmensas lo que nos da otra característica: la agricultura extensiva. Grandes extensiones de tierra eran limpiadas para milpas (milpa significa maizal en lengua náhuatl), provocando el descombre y con ello, la baja de las fuentes de agua y el alejamiento de las zonas de caza y recolección. Como los indígenas no conocían el barbecho, (técnica europea que consiste en dividir el campo en cuatro partes para cultivar una por año, lo que permite que al completar el ciclo el primer predio cultivado ya recuperó sus nutrientes) y la tierra excesivamente, poco a poco alteraron el entorno ecológico alrededor de las ciudades, provocando crisis, hambre, inflación, lo que al final provocaba el abandono de las ciudades en busca de mejores circunstancias de vida. Al fundar otra ciudad, el ciclo se repetía nuevamente.

b). Pulido de la obsidiana, la obsidiana es una piedra de origen volcánico sumamente dura, aunque fácilmente moldeable con otra piedra más dura. Sirvió para hacer cuchillos, puntas de flecha, hachas y cualquier otro objeto corto-punzante adecuado para las labores de cortado de piel. Su uso fue altamente común en Mesoamérica.

c).Pirámides escalonadas, una de las características más claras de las edificaciones mesoamericanas es esa serie de escalones que elevan los edificios por encima del suelo a alturas peligrosamente elevadas. Para ello se hizo uso de la técnica conocida como el talud-tablero: se hacían varios escalones de diferente tamaño a medida subía el nivel del suelo, mediante el relleno de cuadrados de piedra.

d).Urbanismo,
e).Piso de estuco,
f). Juego de Pelota con sentido ceremonial,
g).Escritura jeroglífica,
h).Calendario civil y religioso,
i).Uso de papel y hule para actos rituales,
j).Uso de libros para anotar los acontecimientos más importantes,
k).Sacrificios personales,
l).Ordenes militares y de guerra para obtener víctimas para sacrificios,
m) Una compleja organización social y política.

Mesoamérica y sus culturas

En 1943, Paul Kirchoff presentó una visión general del desarrollo cultural de América, fijando los limites étnicos, geográficos y los rasgos culturales de los pueblos situados entre México y la región noroccidental de Guanacaste y la penísula de Nicoya en Costa Rica. Definida como una zona homogénea con rasgos propios, contribuyó a difundir las características y las recíprocas influencias entre los diversos pueblos que poblaron América desde tiempos inmemoriales. Kirchoff utilizó el método comparativo entre los rasgos culturales de Mesoamérica y los rasgos de América del Norte y América del Sur. Integró la información en tres grupos: I.- Elementos comunes a Mesoamérica y a América del Norte y Sur, II.- Elementos comunes a Norte y Sudamérica, pero no existentes en Mesoamérica, III.- Elementos propios de Mesoamérica y, excepcionalmente, fuera de sus límites.

En el grupo I se distingue cuatro subgrupos: a). Elementos comunes a Mesoamérica y a los pueblos del Norte y Sudamérica, encontrándose el complejo maíz-frijol-calabaza; el cultivo de la piña y yuca; las construcciones de piedra y barro; estilos de cerámica; la cerbatana; el riego; los sellos para imprimir dibujos sobre el cuerpo; los textiles; los sacrificios humanos y el canibalismo; la confesión de los pecados; los puentes colgantes y las balsas de calabaza. b). Los elementos comunes a Mesoamérica y los pueblos cultivadores superiores de la región andina y pueblos amazónicos, como el cultivo de chile, jitomate, zapote, ciruela, aguacate, cebar perros para alimento, los sellos cilíndricos, las picas o lanzas y la metalurgia, c). Elementos comunes de Mesoamérica y pueblos cazadores y recolectores de América, tales como las flechas con pluma, el vapor ritual y el horno subterráneo.

En el grupo II, los elementos desconocidos en Mesoamérica, pero distintivos de pueblos cultivadores de Norte y Sudamérica, como las instituciones matriliniales, las hachas monolíticas, las armas envenenadas, el número 12 como ritual y el endocanibalismo. Ubicó la influencia de los chibchas, es decir, de los pueblos que constituían la vanguardia de los agricultores de América del Sur como aportantes a una visión social y religiosa con características propias.

En grupo III, los elementos propios y exclusivamente mesoamericanos como el cultivo del cacao y del maguey, la coa, las chinampas, el complejo nixtamal-tortilla, la espada con hojas de obsidiana, la camisa protectora de algodón, las pirámides escalonadas, la escritura jeroglífica, los códices y mapas, el calendario de 18 meses de 20 días, la semana ritual de 13 días, el calendario ritual de 260 días, el ciclo de 52 años, la existencia de fiestas fijas y movibles, los días fastos y nefastos, los nombres calendáricos dados a las personas, las órdenes militares, la guerra para hacer prisioneros destinados al sacrificio, el comercio y la clase social de los comerciantes, el uso ritual del papel, hule y flores, los sacrificios sacando el corazón o quemando vivo, el uso ritual de la piel del sacrificado, el juego de pelota con anillo, la existencia de varios mundos inferiores y las pruebas después de la muerte, el auto sacrificio, los números rituales 9 y 13 y las deidades de la lluvia.

Al definir la zona cultural de Mesoamérica, fijó los siguientes límites geográficos: al norte, los ríos Sinaloa en el Pacífico y Pánuco en el Atlántico, de México; al sur, la región noroccidental de Costa Rica; al este, la zona central de Honduras y parte de Nicaragua y, al oeste, Guatemala y El Salvador.

Al precisar los rasgos propios del área de Mesoamérica y contar con un concepto claro y preciso, los americanistas tuvieron la enorme oportunidad de reenfocar los estudios de las culturales locales y su influencia recíproca, así como determinar cuáles eran los rasgos propios y los importados. Todas las investigaciones históricas han profundizado sus teorías sobre el origen de las culturas de la América Media. A partir de ese momento, se revaluó, incluso la información de los principales cronistas españoles, y se fundamentó la información disponible en los archivos nacionales

Hay elementos simbólicos de enorme difusión en toda América como la greca escalonada, motivo fundamental de la decoración de tejidos, cestería, cerámica, pintura y escultura. Como segundo elemento decorativo, la figura animal (felino, lagarto, serpiente y ave), con una voluta basal para símbolos de poder. De tal suerte, que las áreas culturales no son identidades fijas sino zonas de intercambio y de influencia mutua entre los pueblos y sus culturas.

Cuando estudiamos cada uno de los elementos propios de la cultura mesoamericana, nos preguntamos, ¿cómo, cuándo y dónde se originó? Son las mismas preguntas que asaltan la imaginación del hombre moderno e idénticas a las que han acompañado desde tiempos inmemoriales a la humanidad ¿de dónde venimos?

El pensamiento de los principales tratadistas del origen del hombre y la cultura de América, tales como Ales Hardlika, Florentino Ameghino, Paul Rivet, Richard E. W. Adams, Muriel Porter, Vance Haynes y Jacobo Annius de Viterbo nos ilustran a cerca de los aspectos relacionados con las migraciones del estrecho de Bering y las diversas oleadas asiáticas. La presencia en América del hombre prehistórico se sitúa entre los entre los 20,000 y 25,000 años a.C.

En sintésis, las teorías dominantes hoy en día son las que establecen el origen no autóctono de las culturas mesoamericanas. Puede establecerse comparativamente los diferentes avances de las principales civilizaciones americanas con las otras civilizaciones del mundo para determinar los niveles de desarrollo de cada una; así como sus propias grandezas y debilidades.

LAS CULTURAS DEL NORTE DE MESOAMÉRICA:

En el área denominada Arid-américa, se encuentran pueblos mayores con rasgos mesoamericanos de poblaciones sedentarias de cultura avanzada y grandes centro ceremoniales. Se identifican los sitios de La Quemada, Chalchihuites. En Querétaro encontramos los sitios de Toloquilla, Ranas y el Pueblito. Los sitios de la Gloria y las Ánimas, ubicados en Guanajuato.

LAS CULTURAS DEL OCCIDENTE DE MESOAMÉRICA:

Se describe la cultura tarasca de Michoacán. Los sitios de Colima, Jalisco y Nayarit son los más representativos.

CULTURAS DEL CENTRO DE MESOAMÉRICA:

Ubicamos el Período Arcaíco del área del Valle de México en los sitios del cementerio de Copilco y el edificio circular de Cuicuilco. La cultura olmeca, con su ciudad sagrada de Teotihuacán, se considera como la cultura madre de Mesoamérica. Cuando el derrumbe de Teotihuacán ( año 600 d.C.), provocado por las hordas chichimecas, todas las tribus se dispersaron y la primera oleada del centro de México hacia sureste, Guatemala y Honduras encontraron ciudades con alto nivel de organización y desarrollo cultural . Algunas tribus se asentaron en sitios aledaños a las ciudades preclásicas y otras recorrieron el sur de Centroamérica. Conocidos como Nahuas (antecedentes de toltecas), difundieron sus rasgos culturales por los lugares que atravesaban.

El proceso de aculturación de las tradiciones y características de los olmecas y chichimecas sentó las bases de la cultura tolteca alrededor de la ciudad de Tula o Tollan.

Una nueva oleada de tribus chichimecas del norte de México arrasó la ciudad de Tula y la cultura tolteca sucumbió. Su culto de las serpientes emplumadas y sacrificios humanos, construcciones monumentales, rasgos culturales, conocimientos de astronomía y escritura se expandieron en el resto de Mesoamérica en el año de 1,200 d.C

Sobre las ruinas de la cultura olmeca y tolteca se levantó, en el lago de Texcoco, la civilización azteca. La tribu mexica fundó la ciudad de Tenochtitlán (año 1,300 d.C.) y extendió su poderío político y militar hasta los confines de toda Mesoamérica. Hereda todos los avances científicos y matemáticos de las principales civilizaciones y su propia identidad representa a Mesoamérica en el momento del contacto con la avanzada de la conquista española. Los mayas-toltecas de Yucatán tuvieron contacto temprano con los españoles. Su historia se describe en los libros de Chilam Balam.

CULTURAS DEL SUR DE MESOAMÉRICA :

En la parte sur de México, se encuentra la cultura zapoteca. Los sitios de Monte Albán y Mitla (Oaxaca) son reconocidos sitios arqueológicos zapotecas. Tiene sus propias características, que se diferencian del resto de Mesoamérica. Tuvieron avanzadas técnicas de cerámica, metalurgia y el tallado en jade y piedras preciosas.

CULTURA DEL SURESTE Y CENTROAMÉRICA :

La mayor expresión de la cultura mesoaméricana en la región sureste y de Centroamérica es la gran civilizacion maya. Tiene una extensión de 325, 000 Kilómetros cuadrados, donde están ubicados los estados de Yucatán, Campeche, Chiapas, territorio de Quintana Roo, parte oriental del Estado de Tabasco. La República de Guatemala, Belice y la parte noroccidental de la República de Honduras y la República de El Salvador.

CULTURAS DE LA BAJA MESOAMÉRICA ( ZONA INTERMEDIA) :

Se denominan culturas de la Baja Mesoamérica a todos los pueblos ubicados en la región este y parte del norte de Honduras, Nicaragua y la zona occidental de Costa Rica. Los grupos reconocidos son los payas (pech, poyers y pahayas), los misquitos y los sumus (tawahkas) en Honduras. La familia lingüística misumalpa localizada en Nicaragua con los grupos miskitos, sumos y matagalpa, es parte del grupo macrochibcha (pueblos agricultores superiores del norte de Sudamérica). Los chorotegas-mangue y nicaraos se asentaron en Nicaragua y Costa Rica. Los chorotegas en su migración desde el centro de México, después de la caída de Tula, se asentaron en el sur de Honduras, (Choluteca), y llegaron hasta la península de Nicoya en Costa Rica.

LOS PERÍODOS FORMATIVOS DE MESOAMÉRICA:

Los restos encontrados en Santa Isabel Iztapan, Guatemala, y en Tepexpan, México, con datos entre los 10,000 y los 15,000 a.C. , nos dan información de los pueblos cazadores y recolectores del lejano Paleolítico, sobre los artefactos de piedra tallada y los dibujos de animales de fauna extinta. La llamada » Cultura de la Perra» de Tamaulipas, México, entre los 6,000 y 10,000 a.C. representa la fase intermedia entre la » Cultura Cazadora-Recolectora» y la » Cultura Agrícola». Las puntas clovis encontradas en San Rafael, Guatemala, con datos entre los 12,000 al 9,000 a.C. nos indican la presencia física humana en forma temprano en tierras centroamericanas.

Los cuatro milenios a. C. que se le atribuyen a la cultura mesoaméricana se dividen en tres períodos:

1.- PERÍODO I ó PRECLÁSICO: 2,000 a. C. – 300 d.C.

-Preclásico Temprano: 2,000 a.C.- 1,000 a.C.
-Preclásico Medio: 1,000 a.C.- 500 a.C.
-Preclásico Tardío: 500 a.C. – 300 d.C.

2.- PERÍODO II ó CLÁSICO: 300 d.C.- 900 d.C.

-Período Temprano: 300 d.C. – 600 d.C.
-Período Tardío: 600 d.C. – 900.d.C.

3.-PERÍODO III ó POSTCLÁSICO: 900 d.C. – 1,500 d.C.

-Postclásico Temprano : 900 d.C. – 1,200 d.C.
-Postclásico Tardío : 1,200 d.C.- 1,500 d.C.

I.-En el Período Formativo o Preclásico encontramos la llamada «Cultura de la Venta» en la Costa Atlántica de México, Monte Albán I y el Preclásico Temprano de la región maya. Se caracterizan por el desarrollo del cultivo del maíz, calabaza, chile y cultivos menores. La población se ubicó en forma sedentaria. Cada área elaboró formas, estilos y técnicas de decoración afines a la cerámica. Se construyeron plataformas y escasas pirámides que sostenían construcciones de madera. Se adoraban escasas deidades. Había culto a la fertilidad simbolizado con figurillas femeninas. Se creó el calendario ritual de 260 días. El surgimiento de la civilización Olmeca, que se extendió por todo el área, influenció la cerámica tardía y otros patrones culturales. Su símbolo es Teotihuacán (ciudad de Dioses).

II. El Período Clásico se caracteriza por el extraordinario y esplendoroso desarrollo de las civilizaciones mesoamericanas, principalmente las fases Teotihuacan II-III, Monte Albán III y las ciudades mayas clásicas. La agricultura alcanzó su mayor evolución. La población creció en forma notable, enucleándose en centros ceremoniales; se edificaron grandes pirámides, templos, juegos de pelotas, centros residenciales para la clase sacerdotal y celebración de ceremonias rituales, caminos de piedras; la religión se volvió compleja y se integró el poder espiritual y temporal en la figura del monarca. La astronomía y las matemáticas alcanzaron su pleno desarrollo; se elaboró en calendario solar. El arte escultórico y pictórico dio una gran riqueza de estilos. La diferenciación social se articuló en una división del trabajo más especializada de los diversos oficios y artes y la organización social se jerarquizó piramidalmente.

La civilización de Teotihuacán influenció toda el área mesoamericana, sus estilos de cerámicas y arquitectura. Al caer Teotihuacán (600 d.C. hordas bárbaras chichimecas), las oleadas migratorias obligaron a los pueblos del sur de México a buscar nuevos asentamientos y los procesos de aculturación dieron nuevos estilos en la escultura y en los ritos religiosos. Tiene importancia puesto que explica más adelante la presencia de nuevos pueblos en la zona de Honduras como los pipiles, chorotegas y mayas mexicanizados. En algunas ciudades mayas se produjo un derrumbamiento o colapso por causas internas y externas, debido tanto al agotamiento del modelo tributario, las enfermedades, el aparecimiento de dioses nuevos en el panteón como en la rebelión de los pequeños productores que encabezaron una resistencia a las cargas tributarias impuestas por la clase sacerdotal.

III.- En el Período III o Postclásico, se da el florecimiento de un número de ciudades que nacen de la desintegración de las civilizaciones toltecas (caída de Tula o Tollan ) y zapotecas. Las características de este período son las ciudades fortificadas, las órdenes militares, los sacrificios humanos, una extrema estratificación social, el culto de las serpientes emplumadas Quetzalcoalt-Topiltzin-Kukulcán, los cultos religiosos y los ritos con sangre. La metalurgia del cobre y del oro se inició en los adornos. Nuevos estilos en la escultura y en la arquitectura pueden observarse en las ciudades mayas tardías, tierras bajas de Yucatán.

En el Período Postclásico hasta la llegada de los españoles, se difundieron varias culturas en Mesoamérica, tales como la cultura tolteca, la mixteca, cholulteca, huaxteca, totonaca, azteca y la maya-tolteca en Yucatán. Al final del Postclásico, toda la cultura mesoamericana se encuentra presente en todos los pueblos de la región desde el centro de México hasta Costa Rica. Toda esta grandeza fue contada por los cronistas españoles que acompañaban a las tropas de conquista en nombre de los Reyes Católicos de España.

HONDURAS Y MESOAMÉRICA

El área Mesoaméricana en HONDURAS se subdivide en área central y área occidental. En el área central se identifican LOS LENCAS Y LOS JICAQUES. Los sitios arqueológicos de Travesía, Cerro Palenque, La Guacamaya, Los Naranjos, Gualjoquito, Salitrón Viejo, Tenanpúa y Yarumela. En el área occidental los grupos son los MAYAS ( Chortís, Chol y Chontales). Los sitios arqueológicos de Copán, Río Amarillo, Los Higos, El Abra, El Puente y Roncador.

El área cultural INTERMEDIA comprende la región este y sur; se caracteriza por los clanes matriliniales, cultivos de yuca, adornos en las orejas, mayor dependencia de la actividad de caza y pesca. Su escasa organización social no le permitió levantar centros ceremoniales, ni cacigazgos políticos. Su estructura es tribal. Su vida es menos compleja hasta en las actividades religiosas.
Se identifican LOS PAYAS, LOS SUMOS, LOS MISQUITOS Y LOS TAWAHKAS. Los sitios arqueológicos de Plan Grande, Ochenta Acres, Piedra Blanca, Peroles Calientes, Cuevas de Cuyamel , Río Plátano y Rancho Williams.

En la región sur no están identificados los sitios arqueológicos. Se detecta una influencia Chorotega y Pipil

Para ubicarnos en el tiempo y espacio se ha diseñado un modelo de cronología del Proceso Formativo de la sociedad hondureña. El Tercer Seminario de Arqueología Hondureña, celebrado en Tegucigalpa en 1985, presentó un esquema cronológico de la evolución que responde a lo especifíco del área de Honduras en el contexto del proceso de la formación del área de Mesoamérica. Utilizando nombres de la flora local designó los períodos en cada secuencia histórica.

Los períodos III, IV y V ( Encino- Guanacaste y Liquidambar) se encuentran en el contexto del Período Formativo (Temprano- Medio y Tardío ) de la civilización Maya en el marco del poblamiento y formación social del área de Mesoamérica.

1. El PERÍODO ACACIA (PALEOINDIO) : 13,000 a. C. al 8,000. a.C.

Demostrada la fuerza migratoria asiática hacia América por el estrecho de Bering, de acuerdo a hallazgos en Alaska, Canadá y Estados Unidos que data de 30,000 a 40,000 años. Durante miles de años después, estuvieron asentados en la zona de México y Centroamérica, lo que dio inicio a lo que podemos llamar la prehistoria de Honduras.

Las bandas de pobladores eran cazadores y recolectores. La abundante fauna menor y la diversidad de la flora, les hizo depender de la naturaleza para su sobrevivencia. Su dieta alimenticia era predominantemente carnívora, la constituían venados, chanchos de monte y tortugas. Los grandes animales se habían extinguido miles años antes. La recolección de frutas, granos, huevos de animales, conchas e insectos era un trabajo realizado por las mujeres, los niños y los ancianos. Los utensilios de hueso, madera y fibra vegetal eran elaborados a partir de los animales cazados o recolectados

Su organización social era mínima, ligados por parentescos se unían en familias con la autoridad del consejo de jefes de familia. Su alta movilidad en la búsqueda de alimentos no logró desarrollar asentamientos permanentes. El abrigo lo obtenían en las cuevas o lugares rocosos. Su vida espiritual era animista y no tuvieron culto alguno a deidad.

Sus instrumentos más identificados son los cuchillos, hachas, raspadores y puntas de flechas. Los trabajos de objetos líticos y los obtenidos en materiales por presión han llevado a identificar una tipología de las puntas de proyectil (flechas), conocidas como puntas clovis, sandía, folsom y plano.

El fósil que más sirve para la investigación de la prehistoria americana es la punta de proyectil (flechas) utilizada para cazar animales medianos y grandes.

Las puntas clovis, de auténtico origen americano, pero con tradición asiática de la región del lago Baikal. Su cronología se ubica entre 12,000 y 9,000 a.C. Las que se encontraron en el sitio de San Rafael, Guatemala, demuestran una amplia difusión por Centro América. La forma lanceolada, convexa en los filos, la base cóncava, la imperfecta acanaladura en ambas caras, es característica del Período Acacia.

Las puntas sandía, difundidas en América del norte, data su presencia de 10,000 al 8,000 a.C.

Las puntas folsom, encontradas en la localidad de Nuevo México (USA), tienen una antigüedad de 9,000 años a.C. Han aparecido en un área muy limitada. Es más pequeña que la clovis, muy bien trabajadas cor las técnicas de percusión y presión; con agudas acanaladuras laterales, lo que representa una evolución en los instrumentos de caza de estos pueblos.

Las puntas plano, ubicadas en la zonas del norte de Canadá y Mesoamérica, datan del 8,000 al 5,000 a.C. La eliminación del filo de la parte inferior de la punta para atarse a algún otro objeto es su principal característica. Esto implica un nivel más complejo de organización social de las bandas de cazadores y de recolectores, pues sus instrumentos de caza pasan a incorporarse a otras actividades. Surge la presencia de una esporádica y estacional agricultura.

En América del Sur también se ha utilizado la tipología cultural de las puntas, con la diferencia de la punta foliácea. Su forma es alargada, con los extremos en la punta y con los filos de dientes de sierra. El uso es propio de cazadores de megafauna (animales grandes) de las altiplanicies sudamericanas.

El sitio arqueológico de El Reparto, Honduras, es el único que puede pertenecer al Período Acacia. Los restos son muy limitados, sin embargo los nuevos descubrimientos nos pueden ofrecer mayores conclusiones.

2. PERÍODO CAOBA (ARCAICO): 8,000 a. C. – 4,000 a. C.

La tecnología de los instrumentos de caza se derivó a otras actividades de subsistencia. Las puntas fueron utilizadas en la explotación de plantas, piedras trabajadas y utensilios en las actividades alimenticias. Los utensilios de piedra pulida, para aprovechar mejor los recursos vegetales, como morteros con su majador y la piedra de moler con mano, nos permite visualizar un avance en la organización social de las bandas cazadoras y recolectoras. La población aumentó y el agrupamiento de bandas mayores obligó a una mayor explotación de especies y ambientes. La tendencia al sedentarismo se reflejó en las prácticas religiosas, pues se realizaban entierros con ofrendas y sacrificios de animales.

En Honduras existen dos sitios arqueológicos de este período: a) En La Esperanza, Intibucá, y b) En El Progreso, Valle de Sula. Los restos de puntas de proyectil y raspadores son pruebas de la presencia humana en el Período Caoba.

3. PERÍODO ENCINO: 4,000 – 1,200 a. C.

Inscrito dentro del Proceso Formativo (Preclásico) del área mesoamericana, el Período Encino se caracteriza por los drásticos cambios en las costumbres y la actividad cazadora y recolectora de los grupos humanos. La vida sedentaria y la agricultura de subsistencia se convienten en la principal ocupación. El pulido de piedras es sustituido por la alfarería. Los alimentos son almacenados y cocidos.

Se forma la primera gran civilización mesoamericana: la cultura olmeca. Esta cultura tuvo una enorme influencia en los rasgos culturales de toda la región, en especial, en el arte lapidario monumental, el calendario, la escritura, el panteón de dioses, la arquitectura ceremonial y las rutas comerciales. De ahí, que algunos consideren a la cultura olmeca como la «civilización madre de Mesoamérica».

Se logra el primer cambio genético provocado por intervención humana, al lograr el maíz. Por los restos de polen encontrados, esta adaptación genética se da alrededor del año 3500 a.C., acontecimiento de importancia extraordinaria en la cultura de nuestros pueblos. La cultura del complejo maíz-frijol-calabaza es la base, más adelante, del desarrollo de la astronomía, las matemáticas y la vida social y religiosa de los pueblos de Mesoamérica. El ciclo de lluvias y su relación con las labores agrícolas empiezó a ser registrado en la memoria del pueblo. El aumento poblacional y la organización política y social impulsó la búsqueda de nuevos sitios para los asentamientos humanos en lugares más aptos para la agricultura, la vivienda y con acceso al agua. Empiezan a construir viviendas y se abandona la práctica de las cuevas y los abrigos rocosos.

Surgen las primeras prácticas chamanistas (jefes religiosos-sacerdotes), en donde el jefe de la agrupación ejerce labores religiosas y medicinales.

Los primeros grupos premayas se asientan en las tierras altas de Guatemala, y el área central de El Petén.

El cómputo del calendario maya se fecha alrededor del año 3,313 a.C.

4. PERÍODO GUANACASTE: 1,200 – 300 a.C.

Se reconoce este período como parte del formativo medio de Mesoamérica, cuya característica más destacada es la difusión de la alfarería. La agricultura se conviertió en la principal actividad y los asentamientos humanos pasaron a ser caseríos. La urbanización de los poblados tiene un gran impulso con la construcción de los primeros edificios públicos. La vivienda se amplía para el grupo familiar extenso. El intercambio comercial se expande con el desarrollo de redes terrestres y marítimas. Surgen los primeros cacigazgos; el culto a los muertos y entierros de carácter religioso y el surgimiento de dioses en el culto del panteón.

5. PERÍODO LIQUIDÁMBAR: 300 a.C. al 500 d.C.

Lo más notable de este período es el surgimiento de la estructura política, social y económica de los pueblos de Mesoamérica, particularmente la del pueblo maya asentado en la región de Copán. La evolución de los cacigazgos o señoríos obligó a hacer alianzas políticas por razones de parentesco, matrimonio o expansión; esto supone un cambio cualitativo en la sociedad preclásica y que se expresa en las construcciones monumentales. Hay presencia de una autoridad central como jefe (monarca) que dirige las obras públicas, impone, recauda y distribuye los recursos humanos (esclavos-presos de guerra) y materiales (tributos). La vinculación entre el poder político y religioso es muy notoria. Se constuyen las primeras plazas ceremoniales. Se produce una estratificación social por el nivel de acceso a los medios de subsistencia y la conformación de gremios especializados en artes y oficios (sacerdotes, artesanos, militares, escribanos). Se desarrolla fábricas y talleres de obsidiana, utensilios cortantes, cerámica bícroma y polícroma y artículos de jade, concha marina y libros (códices), mostrando una actividadad económica viva y pujante

Se produce el derrumbamiento de la cultura madre de Mesoamérica , la olmeca, y Honduras, inicia el desarrollo cultural en uno de los sitios argueológicos más conocidos en el mundo, Copán. Nace la «Atenas» de Mesoamérica. El glifo-emblema de Copán es reconocido en toda el área central de El Petén, así como en las ciudades mayas de Tikal y Uaxactum. En el año 426 d.C. asciende al reinado Yax Ku’Mo’, conocido como el fundador de la dinastía de Quetzal-Guacamayo Azul, y la representación de toda la dinastía de los 16 gobernantes aparece en el Altar Q de la Acrópolis de Copán.

Existen pruebas irrefutables del alto nivel de conocimiento alcanzado en el mundo maya. La Placa de Leyden encontrada en Puerto Barrios, República de Guatemala, en el año de 1864, indica que su origen es del año 320 a.C. La Placa de Leyden es de jadeíta, que indica una temprana actividad cultural en la zona. En la Estela 29 de Tikal se encuentra un texto jeroglífico que correponde al año 292. d.C.

En el centro de Honduras, surgen asentamientos de grandes aldeas con edificios públicos de tamaño monumental. Edificios que alcanzan hasta 20 metros como Los Naranjos (Lago de Yojoa) y Yarumela (Valle de Comayagua).

En el Período Liquidámbar cronológicamente corresponde con el final del formativo de la cultura mesoamericana, y el inició del Período Clásico del mundo maya.

6. PERÍODO OCOTE (CLÁSICO ): 500 d.C. – 1,000 d.C.

Es el período de mayor esplendor en el mundo de Copán. Todas las majestuosas edificaciones de este período deben interpretarse como el reflejo de una concepción del más allá del mundo terrenal. Las manifestaciones en la arquitectura, escritura, arte y religión son plenamente desarrolladas y su influencia en el área occidental de Honduras se hace sentir en todos los pueblos circunvecinos. La población de Copán llegó a tener más de 20, 000 habitantes. Esa homogeneidad lingüística y cultural se expresa en la cerámica polícromada, en el creciente intercambio comercial de productos de primera necesidad y suntuarios entre las cuidades, en la adopción de rasgos arquitectónicos comunes a todo el mundo maya como plataformas elevadas para los edificios y canchas para el juego de pelota. Construían conjuntos de edificios alrededor de patios rectanguladres. La complejidad social y económica se expresa en una armoniosa e inestable alianza de poder entre los diversos señoríos. La centralización autoritaria personificada en el Rey o Gobernante está legitimada por su función política y religiosa. Los conflictos de la alianza produjeron las crisis sociales que caracterizaron el período, a partir del año 820 d.C. y dieron fin al Período Clásico en medio de una resistencia civil y popular. Los diversos problemas por falta de alimentos, erosión de los suelos, enfermedades, falta de liderazgo de la clase dirigente y el culto a nuevos dioses en el panteón, son algunas de las causas principales que provocaron el colapso de la civilización maya en Copán. Algunas causas de naturaleza interna y externa se conjugaron para provocar el derrumbe del mundo clásico maya en Copán.

La influencia del mundo de Copán fue muy escasa en el área de Guatemala y Belize, aunque en Quiriguá (Altar L) y Caracol (Estela 16) se encuentran inscripciones de reyes de la dinastía de Copán. Su mayor influencia fue sin duda en la parte central y norte de Honduras.

Al final del Período Clásico (600-900 d.C.), el mundo maya de Copán había sido abandonado como centro ceremonial y la selva empezó a cubrir con su vegetación la segunda ciudad más importante de la civilización Maya. Además, se produjeron grandes cambios en el valle de México que tendría repercusiones en las tierras altas y centrales de Guatemala, Honduras y el resto de Centro América.

7. PERÍODO SAUCE (POSTCLÁSICO ): 1,000 d.C. – 1,500 d.C.

Las poblaciones, al momento del derrumbe del centro ceremonial, iniciaron migraciones hacia las tierras bajas de Yucatán y la zona norte–occidental de Honduras. El contacto con los mayas mexicanizados y la arquitectura de fortificaciones (Tenampúa-Los Naranjos) alrededor de las ciudades, son las características principales del Período Sauce.

El colapso demográfico y social producido en el contexto de un deterioro ambiental obligó a la población a buscar nuevos asentamientos. El sitio de Naco, en el Valle de Sula, fue escogido como centro comercial de gran importancia. El intercambio comercial fue intenso, sobre todo con ciudades de Yucatán. Años más tarde (1502), Yumbé, el primer hondureño que confraterniza con los españoles en la Isla de Guanaja y les sirve de intérprete en la costa oriental, venía de adquirir piezas y artículos de Naco. Yumbé y sus allegados recorrieron en canoa las milenarias rutas comerciales de los pueblos mayas. Naco llegó a tener más de 1,000 habitantes. Igualmente los grupos que emigraron hacia el centro y sur del país, como los pipiles y chorotegas, fueron esparciendo prácticas culturales propias del Valle de México, después de la caída de Teotihuacan.

Se introduce la metalurgía , sobre todo del cobre y oro. La presencia de los rasgos de la cultura maya en el área de Honduras se diluye, y los grupos indígenas van adquiriendo su propia identidad al contacto con el medio ambiente. Al final del Período Sauce solamente en las tierras bajas de Yucatán (Chichén Itza, Uxmal y la Liga de Mayapán), la grandiosa civilización sobrevive con las líneas generales de su cultura. En el momento del contacto se inició el proceso del derrumbe final de una de las civilizaciones más importantes en el desarrollo de la humanidad.

En resumen, el Período Sauce finaliza en Copán después del 900 d.C., de tal suerte que, al momento de la llegada de los españoles, la ciudad estaba recubierta de bosque tropical. Sin conocer la rueda, ni el arado, ni el uso del hierro y del bronce , los mayas lograron precisar con exactitud los ciclos lunares, solares y venusianos y reconocieron la importancia de las estrellas y constelaciones. Tuvieron su propio zodíaco para prácticas adivinatorias (Códice de París).

Fuente: http://www.historiadehonduras.hn

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