CIUDAD BLANCA

El nuestro es un país de modas. “Llamaradas de tusa” las llamaría mi padre. Hace poco, una famosa revista anunciaba al mundo el “descubrimiento” de la mítica Ciudad Blanca. Hoy les traigo unas notas que al respecto nos dejó don Enrique Aguilar Paz en el libro sobre su padre, don Jesús, “El Alquimista de Gualala”:


Siguiendo sus impulsos de investigador serio, incluso ya a la edad de sesenta y siete años, en 1962 realizó una excursión de exploración a la zona nor-oriental del país. Se hizo acompañar por sus buenos amigos Dr. Roberto Gómez Rovelo, Miguel Díaz Gómez, Roberto Calderón y Carlton Padget. Penetraron en la selva pura, en las inmediaciones del río Wampú.
Encontró evidencias de esculturas y cerámicas que reflejaban la existencia antigua de una civilización en dicha zona. Siempre insistió que cerca de la Montaña Punta Piedra, deberían de localizarse dichas ruinas de la nombrada Ciudad Blanca.
Se ha mencionado que el misionero Manuel de Jesús Subirana, por los años de 1854 a 1860, cuando catequizaba al pueblo Pech, conoció la existencia de dicha ciudad.
También se relata que un cazador ladino, Nicolás Cardona, acompañado de su hijo en 1915, se perdieron en la espesura de la montaña, alcanzando las crestas de la sierra, y en los orígenes del río Plátano o Raj, encontró las famosas ruinas de la Ciudad Blanca por primera vez, informando al vecindario de su inesperado hallazgo.
En el gobierno del Dr. Francisco Bertrand, se envió una misión de maestros a la Mosquitia, encabezada por el Profesor Francisco Martínez Landero, quien en 1939 le informó a Jesús Aguilar Paz que había oído hablar de ciertas ruinas, de las cuales le trajeron una hermosa piedra de moler (metate), la cual la entregó al Ministerio de Educación Pública, a cargo de Silverio Laínez.
Ese mismo año de 1939, Aguilar Paz recibió la visita de un joven explorador norteamericano, el cual realizó una exploración a la Mosquitia y aseguró haber descubierto dichas ruinas. Este joven se llamaba Theodoro Morde, el cual decía que en dicha ciudad se adoraba al dios mono.
Como vemos, nada es nuevo bajo el sol. Solo nos resta esperar que podamos algún día disfrutar de nuestra riqueza arqueológica sin saqueos de propios y extraños.
Y ahora, usted también lo sabe.

   

Check Also

SANTA ROSA BENDITA

Publicación Vista: 1.166 Hay libros a los que uno no se cansa de volver, autores ...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *