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LA JUVENTUD DE DON RAMÓN ROSA

Hace ya varios días les contaba acerca del primer día de escuela de don Ramón Rosa. No oculto mi admiración por este singular personaje quien, a mi juicio, merece todo el crédito que pudiera atribuirse a la administración de su primo, Marco Aurelio Soto. Así que, con el permiso de ustedes, hoy seguimos aprendiendo del libro de doña Leticia de Oyuela, “Ramón Rosa, plenitudes y desengaños”, de donde sale nuestra historia de hoy:


Después de haber sufrido la breve escuela primaria, Ramón Rosa es discípulo del latinista don Francisco Botelo, quien también lo encamina hacia la visión de la jurisprudencia. Cultiva una hermosa amistad con el presbítero Januario Girón, a quien posteriormente le encargará que le anote los puntos sobresalientes sobre la vida de su pariente, el Padre Reyes, para poder biografiarlo.
En 1862, cuando Rosa apenas tiene catorce años, se produce el gran magnicidio que termina con la vida del capitán general Santos Guardiola, generándose otra vez un vacío de poder. Tegucigalpa gozaba de una herencia intelectual que le permitía formar jóvenes en la Universidad, actividad que recibió apoyo directo del presidente Lindo.
Don Máximo Soto, tío paterno de Rosa, había sido uno de los primeros graduados en ella, ostentando los títulos de doctor en Jurisprudencia y Medicina. Además, es la época en que el partido guardiolista genera conflictos -por los no aclarados acontecimientos de la llamada guerra de las crinolinas.
Algunos historiadores sostienen que, cuando Medina llega al poder, el joven Rosa lee su tesis de graduación, trabajo bien argumentado que hizo que el mandatario Medina emitiera un decreto concediéndole una medalla de oro al nivel talento.
Aún cuando se desconozcan los pormenores del traslado del joven Rosa, su primo Marco Aurelio Soto y su medio hermano Enrique Soto Valdez a Guatemala, es necesario tener en cuenta que don Máximo -tío y padre de ambos jóvenes, respectivamente- se muda a Guatemala no sólo a ejercer su profesión, sino en carácter de Ministro Plenipotenciario de Honduras en aquella capital, donde el joven gobernante Miguel García Granados iniciaba una reforma total en la administración pública y en la concepción del Estado.
Y ahora, usted también lo sabe.

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