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UN SALUDO A LA LIBERTAD

Don Amílcar Raudales, en su “Baturrillo Histórico” nos dejó esta muestra que bien podría servirnos de ejemplo en estos tiempos de cambio y exigencias:

Solamente en la actual administración se ha dado tan amplia libertad electoral como la que dio el general don Luis Bográn.

Cuando se trataba de su reelección, se habían organizado aquí en Tegucigalpa varios bandos que adversaban su candidatura para un segundo período. Eran jefes de estos bandos, entre otros, el reconocido orador Francisco Argueta Vargas y don Francisco Cálix hijo. En una de tantas manifestaciones, se encontraban los adversarios del general Bográn en el Parque Morazán, oyendo los fogosos discursos del propio Argueta Vargas y de otros, quienes dirigían palabras denigrantes para el presidente de la república. El general Bográn acostumbraba visitar a una honorable familia amiga suya, que residía en una esquina opuesta al parque. Allí cerca se encontraban los manifestantes; el mandatario se preparaba para retirarse a su mansión. La señora de la casa, al ver que el general Bográn partía en momento de peligro, por lo exaltados que se encontraban los manifestantes, le suplicó que no se fuera, o cambiara de calle.

El presidente se negó a la súplica y se dirigió al palacio por la la acera oeste del parque. En aquellos momentos, uno de los oradores le dirigía los más graves insultos. Cuando él pasaba por la puerta que queda al frente de la estatua del héroe de La Trinidad, se inclinó, quitándose el sombrero, hizo un majestuoso saludo y dijo “saludo a la libertad”.

Los manifestantes se retiraron silenciosos y el ciudadano presidente de la república continuó su marcha, sereno y reposado.

El general Bográn casi siempre andaba sin ayudantes.

Como vemos, la fórmula mágica siempre ha sido la del respeto al derecho ajeno.

Mientras rogamos por la paz en nuestra Honduras ahora, Usted también lo sabe.

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