En el libro de don Pompeyo del Valle, “Comer y beber en Honduras”, no podía faltar una referencia a esta delicia de nivel mundial que, como no podía ser de otra manera, vio su nacimiento en nuestra Honduras: el cacao y el chocolate:
Otro aporte americano que enriqueció el mapa de la gastronomía mundial fue el cacao, cuyo origen se remonta a los antiguos mayas. Como el grano no crece en las mesetas de Anáhuac, los aztecas emprendían expediciones hacia las tierras calientes de lo que hoy es la América Central para obtener el preciado alimento, ofrecido en las grandes ocasiones. Además, tomaron el vocablo maya chacuhaas y lo adaptaron al náhualt como caohuatl.
Landa, Las Casas, y otros cronistas del siglo XVI registran en sus escritos un vehemente tráfico de cacao en los territorios mayas. Se conoce que las almendras de los cacaotales eran utilizadas como monedas y como patrón para los intercambios comerciales; y se sabe, incluso, que el precio de un esclavo se tasaba en cien semillas de la venerada planta. Pero éstas no se atesoraban porque igualmente servían para la preparación de bebidas ceremoniales. Los libros del Chilam Balam atestiguan que únicamente un miembro de la dinastía de los Xiu (fundadores de Uxmal) escapó al degüello de los suyos por parte de la familia rival de los Cocom, por la afortunada circunstancia de que había salido de viaje para negociar la compra de cacao en Honduras. También se ha establecido que las piraguas vistas por el Almirante frente a las costas de Guanaja en su último viaje, pertenecían a mercaderes de cacao.
El chocolate (cuyo principal ingrediente es el cacao) causó sensación inicialmente entre los gastrónomos de la corte francesa y de allí en todas las cortes europeas. En la actualidad es universalmente empleado en las industrias de la pastelería, la confitería y los helados, sin olvidar su uso como bebida reconfortante, ya sea fría o caliente.
«Después de un viaje en un día caluroso anotó William Vincent Wells a principios de la segunda mitad del siglo diecinueve , no conozco nada más confortante y al mismo tiempo más deliciosamente agradable, que una taza de chocolate en Honduras».
El cacao se obtiene de las semillas fermentadas y tostadas del árbol Theobroma cacao. Los mayas y aztecas, aparte de aprovecharlo como alimento y bebida ritual, lo empleaban para destilar un licor con propiedades terapéuticas. Un estudio médico recientemente presentado en Washington en la conferencia anual de la Asociación Estadounidense para el Avance de las Ciencias (febrero, 2000), destacó el efecto beneficioso de un grupo de sustancias conocidas como «polifenoles» existentes en el cacao. Estas, según el informe de los esculapios, participan en la defensa del organismo humano, impidiendo las lesiones cardiovasculares y el taponamiento del endotelio capilar.
Y ahora, Usted también lo sabe.