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EL ÚLTIMO VIAJE DE MORAZÁN (2)

Esta es la conclusión del artículo de Don Rafael A. Méndez (Costarricense). No deja de sorprender cómo, aún tras su muerte y varias décadas después de ocurrida, hasta los restos de nuestro héroe sirvieran para buscar la paz:
En Acajutla. El 27 de enero de 1849 y desde el puerto de Acajutla, José María Cañas dirigió una nota al Ministro de Relaciones del Supremo Gobierno de El Salvador en los siguientes términos:

“Al intento, tengo el honor de acompañar a usted el adjunto pliego que contiene el aviso de mi comisión, y espero de usted que, después de dar cuenta de todo al señor Presidente de este Estado, se digne participarme sus órdenes para la entrega de la urna que contiene aquel sagrado depósito; no omitiendo agregarle, que estoy dispuesto a hacerlo a bordo del referido buque, en tierra o en esa capital, según lo disponga el Supremo Gobierno”.
En una carta que hemos localizado en el Fondo Gobernación del Archivo General de la Nación (de El Salvador), Doroteo Vasconcelos expresó:
“Como una prueba de amistad y armonía ha recibido el Gobierno un testimonio digno de nuestra gratitud y eterno reconocimiento. Os hablo de Costa Rica, del paso que acaba de dar el señor Presidente actual, mandando los restos mortales del Ilustre General Morazán, el hijo de la Patria. Un tumulto rabioso y asesino inmoló, en su furor, la vida preciosa del amigo querido de los salvadoreños. Pero un gobernante filantrópico, obsequiando los deseos de estos pueblos, nos manda generoso sus caras cenizas. Este presente inestimable será luego conducido a Sonsonete, con la pompa que nos sea posible, y depositados en un mausoleo mandado ya a construir”.
En la Gaceta del Gobierno Supremo del Estado de El Salvador del 2 febrero de 1849, el gobierno de Vasconcelos anunció que pagaría los gastos en los que ha incurrido el gobierno de Costa Rica por el traslado de las cenizas del general hondureño, así como el saludo con 21 cañonazos con el que se recibiría, en Acajutla, el cadáver de Morazán. De igual forma, se ordenaba el traslado del general a la Iglesia Principal de Sonsonate.
Al respecto, desde el Gobierno de Sonsonete, Rafael Padilla Durán informó al ministro del Supremo Gobierno del Estado de El Salvador que se habían depositado los restos del general Morazán en la capilla del Ángel. A la vez, se había colocado una guardia de 25 hombres para la custodia
De la capilla, el cadáver de Morazán había sido trasladado a la iglesia Parroquial en un carro fúnebre magníficamente adornado. Lo acompañaron más de 300 personas con sus correspondientes luces, y una guarnición de 25 hombres, que hizo las salvas de ordenanza.
Asimismo, Durán indicó que en la iglesia Parroquial se celebraron las exequias y la misa con la mayor solemnidad posible. Finamente, precisó que las cenizas quedaron depositadas y custodiadas por la guarnición en la iglesia del Pilar hasta que recibiera “las órdenes del Supremo Gobierno”.
‘Diplomacia’ póstuma. Al fin, no se concretó la eventual invasión nicaragüense en la coyuntura aquí descrita, por lo cual puede determinarse que la misión de la entrega de las cenizas de Morazán logró sus metas políticas.
Es cierto: las disputas limítrofes entre las dos naciones más australes de la extinta República Federal Centroamericana nunca desaparecieron, al menos en el período aquí estudiado, pero aquellas tensiones se disiparon, al menos temporalmente.
Los restos de Morazán reposaron así en la tierra que él había definido como su morada final antes de enfrentarse al pelotón de fusilamiento en lo que es hoy el parque Central de San José.
Casi cuatro décadas después, el 14 de marzo de 1887, Francisco Menéndez, general de división y presidente de la República de El Salvador, respaldó la propuesta de uno de los representantes de la Asamblea Nacional para cambiar el nombre del departamento de Gotera por el de Morazán , vigente hoy.
Un poco tarde, ese decreto presidencial dio legitimidad institucional a una figura de profunda influencia en la vida política de la sociedad cuscatleca y centroamericana. Recordemos también que, en 1948, en su natal Honduras, el Congreso aprobó la creación del departamento de Morazán.
Así, el “último viaje” de Francisco Morazán ayudó a impedir un conflicto bélico más entre países que él había gobernado en la República Federal de Centroamérica.
Y ahora, Usted también lo sabe.

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