Hace ya varios años tuve el enorme gusto de conocer a una pareja de uruguayos excepcionales: Weyler y Astrid Moreno. Su sincera amistad es un hermoso recuerdo que gusto de conservar, ya que ellos ya partieron a lo ignoto. Pues fue en su casa que tuve la oportunidad de probar la carne de este animalito del que hoy nos recuerda también don William Wells, en sus “Exploraciones y aventuras en Honduras”:
Nuestro apetito, algo aguzado por la caminata, no estaba para escrúpulos en cuanto a la calidad de la comida que se nos podía dar. Era bastante ordinaria y consistía en una sopa chapucera, en la que sus ingredientes parecían ser: un balde de agua, media docena de plátanos y un gran pedazo de carne de res. Don Gabriel Garay no era, como su viejo padre, un epicúreo. A n t e s de retirarnos a descansar por la noche, vi un par de rapazuelos devorando lentamente algo que ellos extraían a puñados de una vieja cacerola en una esquina del patio. Era una masa de carne cocida, cuyo olor me fue excepcionalmente agradable. Al inquirir, hallé que era la carne de un armadillo que habían matado en la vecindad el día anterior. No tardó en haber un tercer comensal del delicado plato. La carne era muy gustosa y tan delicada como la de gallina.
Es corriente en algunas partes de Olancho, especialmente hacia la costa, cocinar estos animales enteros, sin separar la carne del caparazón con que la Naturaleza los ha provisto. El proceso consiste en cavar un hueco en la tierra poniendo una capa de piedras calientes en el fondo. El animal se coloca sobre éstas y se cubre con otra capa de piedras planas sobre las cuales se enciende el fuego. Estofado y taqueado con pedazos de grasa, como un bistec a la italiana y sazonado con hierbas aromáticas, el gastrónomo más exigente lo calificaría como un plato exquisito. El armadillo de Olancho comúnmente es como de veinte pulgadas de largo, de un color castaño obscuro y corre precipitadamente a esconderse cuando se ve en peligro. Los indios lo cazan frecuentemente para alimento.
Y ahora, Usted también lo sabe.