Doña Fanny Meléndez ha tenido a bien publicar un importante trabajo sobre las maravillosas revistas que, a principios del siglo pasado, publicara don Froylán Turcios. Con todas las dificultades que -nos consta- debe haberse encontrado, hoy los invito a asomarse a esas joyas, para lograr al menos conservar vivo su recuerdo:
Esfinge y Ariel, son dos revistas publicadas por el autor hondureño Froylán Turcios. Ambas salieron a la luz en épocas diferentes, presentan rasgos propios y comparten algunas características comunes.
Sobre las revistas literarias hondureñas se ha escrito poco, aunque como señalara Rigoberto Paredes “quien quiera ilustrarse sobre el ambiente cultural de Honduras, sobre el espíritu de la época y las ideas estéticas predominantes o sobre las deleitaciones y las adversidades del trabajo literario en aquella Honduras de comienzos de siglo tiene que recurrir a las páginas de las revistas literarias, porque ellas fueron la fuente y el motor de la vida cultural de Honduras”…Lo anterior señalado por Paredes es de carácter general y sobre Esfinge refiere lo mismo que Turcios tiene en sus memorias , como para el caso la salutación de Valle Inclán al describirla como “la más indudable, exquisita y amena antología de las letras universales”. Rubén Darío se refiere a esta revista calificándola como “la mejor antología castellana” y José Enrique Rodó escribió que “Esfinge significaba el mayor esfuerzo hecho en Hispanoamérica para presentar la más brillantes páginas de los grandes poetas y escritores de todos los tiempos”. Señaló Turcios que la revista había tenido una especial resonancia en el continente pues los más importantes periódicos y revistas de Argentina, Chile, México, Uruguay, Colombia, y Centro América registraban cada número del quincenario de Esfinge que circuló durante tres épocas ; entre 1905 y 1919.
A través de Esfinge y Ariel podemos observar la evolución del Modernismo Hondureño. De un modernismo de carácter cosmopolita en Esfinge a un Modernismo con una actitud revolucionaria, comprometida en Ariel, elementos éstos que coinciden con la evolución biográfica y las situaciones históricas vividas por el mismo autor.
Esfinge
El primer número de la revista Esfinge data del primero de Diciembre de 1905. Desde entonces salieron a la luz pública doce números quincenalmente, todos ellos pertenecientes a la primera época de la revista. La segunda época comienza con el número 13 del primero de abril de 1916 y se extiende hasta el número 57 del 18 de enero de 19186 De la tercera época lamentablemente sabemos poco, aunque sospechamos que fueron publicados varios números. Las instituciones bibliográficas del país hasta el momento no tienen noticias de esta etapa muy importante de la historia de la revista.
Esfinge fue una revista eminentemente literaria, en cada página encontramos valiosas piezas de autores hondureños, hispanoamericanos y extranjeros. Es cuantioso el repertorio de autores y obras que desfilan en la revista, y todos con alguna conexión con el Modernismo. La mayoría de los autores eran ellos mismos modernistas, otros fueron modelos de este movimiento. La lista de autores modernistas hondureños que escribieron en Esfinge incluye a: Luis Andrés Zúñiga, el mismo Froylán Turcios, Juan Ramón Molina, Julián López Pineda, Salatiel Rosales, Jorge Federico Zepeda, Augusto C. Coello, Jerónimo J. Reina, Ramón Ortega. También escribieron otros autores no precisamente modernistas como: Céleo Dávila y Rómulo E. Durón entre otros.
De los autores hondureños hemos seleccionado el poema “Regalo de Boda” escrito por Luis Andrés Zúñiga para ilustrar la literatura que difundía Esfinge.
Regalo de Boda
Anda a Golconda y tráeme, mercader trashumante, un collar prodigioso de amatistas y una fabulosa sortija que corone un diamante, cuyas aguas contengan una enorme fortuna.
Tráeme nácares finos; de ese nácar triunfante, mercader, nunca olvides que el Ofir es la cuna!
De esas perlas tráeme, de epidermis radiante, cuya luz es hermana de la luz de la luna.
Y a esas cosas floridas, —mi regalo de boda—
Añade oro del Rímac, si a tu gusto acomoda,
Y cofres ambarinos con sedas de Nipón.
Que eso será tan sólo lo que daré a mi amada
A la que dar quisiera la Cólquide encantada
Y el rico Vellocino que enloqueció a Jasón.
Y ahora, Usted también lo sabe.
Lo esperamos en Paseo Los Próceres, primer local, calle de por medio a supermercado Paiz.
Porque el café es cultura.
La Estancia Café.