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EL SEUDÓNIMO DE JUAN RAMÓN MOLINA

Nuestro máximo poeta también se refería a sí mismo con un seudónimo. Como lo verán en el texto que sigue, del libro “Juan Ramón Molina” de don Humberto Rivera y Morillo, su origen era tan complejo como la misma personalidad de quien lo usaba:
Diez días después de la fundación, el director del “El Diario de El Salvador” le dirige un afectuoso mensaje congratulatorio, llamándole “uno de los más distinguidos campeones del moderno diarismo de estos países”.

La actividad que desarrolla en “El Diario de Honduras”, es notable y en poco tiempo el periódico se transforma en el más popular del país. Muchos de sus trabajos literarios salen con seudónimos y hasta sin firma. El siete de marzo, para el caso, publica matrimonios de actualidad, usando por primera vez en este diario el seudónimo favorito: “Don Dinis”. Sigue siendo político, de perfil…
¿De dónde extrae y por qué emplea el seudónimo “Don Dinis”? ¿Qué historia cultural oculta? ¿Acaso en el fondo existen motivaciones psicológicas? El seudónimo revela inquietudes literarias y anhelos subconscientes. Molina es lector asiduo de la gramática castellana y el origen del lenguaje. Cuando descansa lo hace con el diccionario en la mano y hasta se afirma que un día le gana una botella de coñac a unos amigos, que no pueden encontrar palabra extraña de la que no sepa el significado…Está capacitado para hablar largo tiempo de la civilización fenicia y la egipcia; desde la indostana hasta china. Le encantan los clásicos latinos y los épicos medievales. Entre la poesía lírica prefiere los villancicos franceses, demostrando preferencia por la poesía provenzal o trovadoresca. 
¿Es el hondureño un trovador? En sus años de mozuelo, allá en Quetzaltenango, lo demuestra. También denota influencia de escritores de diferentes nacionalidades, evidenciándose en las citas literarias que inserta. Lo de trovador no pasa de ser una cosa de juventud…¿De dónde extrae el seudónimo “Don Dinis”? Precisamente de la lírica francesa, que entra por los Pirineos a España, llevada por los monjes que migran de Galicia, siguiendo la ruta que va a Portugal.
Las canciones poéticas del joven trovador se entonan en más de alguna ventana enrejada, tras las que se impacientan bellos luceros candorosos. En Portugal existe esta costumbre desde el inicio de la patrística, pero es en la corte del rey trovador, en 1279, que encuentra todo su esplendor. La principal diversión del rey don Dinis es ocultar su personalidad y salir anónimamente a cantar la belleza de las mozas recatadas, cosa que le agrada a Juan Ramón. ¿Acaso, en cierta forma, no es también un rey?
Y ahora, usted también lo sabe.

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