Manuel Zelaya Rosales

(José Manuel Zelaya Rosales; Juticalpa, Olancho, 1952) Político hondureño, presidente de Honduras entre 2006 y 2009. Como candidato del Partido Liberal, logró imponerse en las elecciones de 2005 por estrecho margen a Porfirio Lobo, representante del Partido Nacional, y asumió la presidencia en enero de 2006. Sin embargo, tras el golpe de estado del 28 de junio de 2009, fue depuesto y expulsado del país. Su trayectoria política incluye tres períodos como diputado en el Congreso Nacional y diversos cargos públicos en áreas sociales y de infraestructura. En el sector privado se desempeñó como empresario agroforestal.

Nacido en el seno de una familia de madereros y ganaderos, tras realizar sus primeros estudios en el Instituto Salesiano San Miguel comenzó la carrera de Ingeniería Civil en la Universidad Autónoma de Honduras, que abandonó para dedicarse a la actividad agrícola y ganadera en los campos de propiedad de su familia. De su apego a las tradiciones rurales le ha quedado su afición a los caballos, a la que se suma la de tocar la guitarra.

Desde joven combinó la actividad privada con el interés por la política, primero local y más tarde nacional. En el ámbito privado, fue fundador y gerente de diversas empresas mercantiles y agroforestales, presidente de la Asociación de Industriales de la Madera, directivo del Banco Sogerin y miembro directivo del Consejo Hondureño de la Empresa Privada.

A comienzos de la década de 1980, «Mel» (nombre con el que se conoce popularmente a Zelaya) afianzó su andadura política como militante del Partido Liberal y fue designado miembro del Consejo Local y Departamental de Olancho. En 1985 ingresó al Congreso Nacional después de haber sido elegido diputado como representante de su partido, cargo que conservó hasta 1998, al ser reelegido en los dos períodos parlamentarios siguientes; en el transcurso de su gestión fue nombrado presidente de la Comisión Legislativa de Recursos Naturales y Petróleo.

Aunque volvió a ser elegido como congresista para un cuarto período, renunció a su escaño y entre 1998 y 2002, durante la administración del presidente Carlos Roberto Flores, llevó a cabo una importante labor desde el Fondo de Inversiones de Honduras (FIHS) en el proceso de recuperación de las infraestructuras del país tras el paso del huracán Mitch; desde esa institución emprendió numerosas obras públicas, como la reconstrucción de carreteras, acueductos y edificios.

Después del fracaso liberal en los comicios de 2001 y de un período de cierta ausencia en los medios de comunicación, retomó con fuerza el liderazgo dentro de su partido y demostró ser la fuerza dominante en las elecciones internas de febrero de 2005. A lo largo de ese año preparó su campaña como candidato a la presidencia de la República bajo la propuesta de «poder ciudadano», entendida como una praxis que reafirma la soberanía. El 27 de noviembre se celebraron las séptimas elecciones desde que Honduras retornó a la democracia en 1980; en esa ocasión, Zelaya logró hacerse con una ajustada mayoría frente a su principal adversario, el líder del Partido Nacional Porfirio Lobo.

Zelaya, que sustituyó en el cargo presidencial al conservador Ricardo Maduro, dio un giro ideológico tras asumir la presidencia. El gobierno de Zelaya se alejó paulatinamente de Estados Unidos, tradicional aliado de Honduras, para acercarse a presupuestos políticos propios de los líderes latinoamericanos de izquierda. En agosto de 2008 el país se incorporó al bloque regional Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), liderado por el presidente venezolano Hugo Chávez.

A mediados de 2009 Zelaya generó una creciente tensión con el Congreso, el ejército y los tribunales de Justicia debido a su intención de convocar un referéndum no vinculante para el 28 de junio del mismo año, en el cual debía manifestarse la ciudadanía hondureña sobre la inclusión de una «cuarta urna» en las elecciones presidenciales previstas para el 29 de noviembre, en la que se votaría la convocatoria de una Asamblea Constituyente destinada a reformar la Constitución.

La propuesta de Zelaya fue invalidada por el Congreso y la Justicia, que la consideraron ilegal, y la jerarquía militar se negó a prestar el apoyo logístico necesario para la consulta. El día previsto para la consulta popular, el presidente fue depuesto y arrestado por efectivos del ejército, que acto seguido lo deportaron a Costa Rica. El presidente del Congreso, Roberto Micheletti, asumió la jefatura del Estado a título interino, relevo que cosechó la desaprobación de amplios sectores de la comunidad internacional, incluidos los Estados Unidos, la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea (UE).

Ante el creciente riesgo de guerra civil y tras el fracaso de las gestiones de diversos organismos internacionales, el presidente de Costa Rica, Oscar Arias, fue aceptado como mediador por ambas partes. Sin embargo, la mediación de Arias fracasó, y el 21 de septiembre el depuesto presidente regresó de incógnito a Tegucigalpa, donde fue acogido por la embajada de Brasil. A partir de entonces se iniciaron nuevas negociaciones entre representantes del gobierno de facto y colaboradores de Zelaya, a fin de pactar una solución a la crisis.

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